
EN VOZ ALTA
El carnet y el pasaporte, testimonios de la presencia del poder en su vida, declaran que GERMINAL LIBER FORTI CARRIZO nació el 19 de agosto de 1919 en Tucumán, Argentina. La verdad es otra. Fue un 20 de agosto de ese año, y no en Tucumán sino en Córdoba. La “engañifa” la hizo Liber años después, a manera de burla de un libertario a ese poder que condenaba.
Dentro de la sucesión de casualidades que atañen a la vida de todos los seres humanos, está el lugar en que nacen. Sobre eso nadie puede alegar fundadamente mérito ni culpa alguna, pues no es el resultado de esfuerzo alguno en procurarlas ni en impedirlas; en otras palabras, no cuestan nada. Igual que nuestro sexo, el caudal hereditario de índole físico y psicológico de nuestros antecesores, a quienes no elegimos, premisa en una buena medida de los defectos y las cualidades que nos deforman y/o adornan, según se vea, según quien vea.
He comenzado a estudiar la obra auspiciada por la Fundación Konrad Adenauer con motivo de la próxima recordación del bicentenario de la República de Bolivia, alcanzando a los siete artículos correspondientes al primer periodo identificado por los responsables de la concepción de este esfuerzo de recuperación de la memoria de Bolivia desde 1825. La tarea ha sido productiva y decidí compartir sus resultados en apretada síntesis, destacando los aspectos relevantes según mi perspectiva e intereses académicos y políticos.
El 11/07/2021 a las 10 a.m. comenzó un estallido de protesta que desde la pequeña ciudad de San Antonio de los Baños en la provincia Artemisa, al oeste de La Habana, se extendió hasta 62 lugares, incluida la misma capital cubana. El motivo: el descontento por la situación económica y política del país que revela un grado de extrema vulneración de la libertad y la igualdad formal: más de 200 cárceles, alrededor de 100 mil presos comunes y 900 prisioneros políticos y de conciencia al 30 de junio de 2022, según Prisoners Defenders en su sitio web.