
COLUMNA LUMINOSA
La gran propuesta de hace un cuarto de siglo, que sigue siendo resistida aunque en menor escala, consistía en instalar ya nomás plantas de incineración que funcionen 24 horas de 365 días sin detenerse en absoluto
Experiencia propia vivida cuando García Meza ordenó nuestra detención, primero, y luego la expulsión de Bolivia a los pocos días. En Buenos Aires Augusto Comte McDonald nos puso el hombro para obtener de la ONU (Acnur) el reconocimiento como “refugiados”, por tanto calificados para buscar un tercer país que nos acogiera para merecer todo el apoyo como “sus propios ciudadanos”, en un marco garantizado de libertad y derecho.
De nuevo Francisco se reunirá con la Juventud católica en la ciudad de Panamá. Las citas anteriores se han cumplido en España, Brasil, Polonia, ahora le toca el turno otra vez a nuestro continente. El evento tiene connotaciones dignas de ser tomadas en cuenta.
Bolivia no recorrerá los extremos que se dan en Venezuela y Nicaragua donde impera la catástrofe autoritaria
Porque sucede con frecuencia inesperada, los últimos tres en los días recién pasados, Bolivia salta a la palestra en el acontecer mundial. Los linchamientos suceden sin pausa: seis en los últimos meses y llama la atención a nivel internacional, con la pregunta inevitable. ¿Por qué sucede esto justamente en Bolivia?
Dejé mi ciudad natal en 1997 rumbo a La Paz, junto a una delegación de notables: Oscar Bonifaz, Simón Reyes, Tomás Delgadillo, Enrique Bacinello encargados por el Comité de Defensa de los Intereses de Potosí (Codeipo) de presentar ante el flamante Hernán Siles Zuazo un pliego petitorio con la recomendación de no regresar, “con las manos vacías”. Todas las noches a las 21.00 me pidieron trasmitir por radio Amauta, de Genaro Saavedra, el resultado de las negociaciones. ¡Cumplí fielmente mi tarea!