
COLUMNA LUMINOSA
Un ciudadano de clase media, con recursos necesariamente limitados para costear una supervivencia que no sale de lo común, debe por ello doble admiración a un régimen que permite pasar la prueba sin mayores penurias, ni erogaciones extras
Cuando se anunció la constitución de una mancomunidad de ocho municipios con el nombre de Kanata para atender problemas comunes como el agua, los desagües, la basura, el transporte y otros, se produjo una honda satisfacción en la ciudadanía, puesto que finalmente se atinaba en concreto con una respuesta a graves problemas irresueltos.
A berración en Semana Santa por el inconcebible terrorismo que ha dejado más de 34 muertos y 300 heridos, ante un mundo consternado y que no alcanza a entender por qué está sucediendo esto, ante la locura de unos fanáticos que se atreven a invocar el nombre de Dios para cometer los crímenes más despreciables en toda la historia humana.
Un japonés se hizo el “harakiri”, se apuñaló el vientre delante del Parlamento. De 39 años, el hombre logró sobrevivir y declaró que tomó la extrema determinación porque había aceptado una donación de 439 euros que puso en duda su honor. Historias similares leemos a menudo de samuráis, (guerreros solitarios) que ofrecen su vida a cambio de no perder la credibilidad.