Los niños soldado de Colombia
ABUSOS | AUNQUE SE HA AVANZADO EN SUPRIMIR ESTE FLAGELO, LA REALIDAD ES QUE A DIARIO SE SIGUE RECLUTANDO A NIÑOS Y MUCHAS DECENAS DE MILES DE MENORES SIGUEN COMBATIENDO EN CONFLICTOS ARMADOS.
Hace una semana, el gobierno de Colombia y las fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), firmaron un acuerdo para separar y reintegrar a los niños vinculados a ese grupo armado.
La firma se celebró en La Habana, Cuba, y se trata de un momento histórico que pone a los niños en el centro del proceso de paz y promete cambiar sus vidas. Al respecto el representante de UNICEF en Colombia, ha dicho que la buena noticia se extiende más allá de un beneficio para la niñez ya que “representa un verdadero paso hacia la paz y una medida de construcción de confianza en el proceso”. El acuerdo combina elementos fundamentales de la legislación internacional y nacional que estipulan que el niño debe ser tratado como víctima.
Las FARC entregarán un listado, aparentemente de 21 nombres, a la fiscalía. La fiscalía debería emitir un indulto para estos niños que no hayan cometido delitos de lesa humanidad. En caso de que los menores caigan fuera de esa categoría, la mesa de conversaciones para poner fin al conflicto recomendó retrasar la liberación hasta tanto la jurisdicción especial para la paz entre en vigor. El compromiso incluye la separación de los campamentos de las FARC de un primer grupo de niños soldados menores de 15 años y una segunda fase de separación de los menores de 18 años.
El pacto también establece la conformación de una mesa técnica que se ocupará de presentar una propuesta para la reintegración de esos afectados a la sociedad.
La ONG Tribunal Internacional sobre la Infancia Afectada por la Guerra ha denunciado la existencia de más de 14.000 niños soldado en Colombia, en un informe que se presentó el año pasado en Londres. En su informe, la ONG, recoge testimonios de familiares de niños afectados y de refugiados para describir una actividad que viola los derechos de los menores y constituye "un crimen de lesa humanidad".
En el caso de Colombia, grupos paramilitares como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otras bandas emergentes integradas por paramilitares desmovilizados explotan a menores para sus fines. Los integrantes de estos grupos armados utilizan a niñas como "novias", a las que violan, obligan a abortar y a prostituirse, mutilan sexualmente o esclavizan y utilizan a niños a partir de seis años para ser "espías, esclavos sexuales o asistentes logísticos". Además el propio Ejército colombiano "ha empleado a menores en tareas de inteligencia", según el informe.
En Colombia, los incentivos económicos han inducido a muchos niños a unirse a los grupos armados. Por ejemplo, algunos grupos paramilitares relacionados con las fuerzas de seguridad estatales pagaban a los jóvenes reclutas un salario mensual de varios cientos de dólares, con primas por misiones especiales. Niños ex paramilitares entrevistados por Human Right Watch afirmaron que se habían enrolado principalmente por el dinero. Por ejemplo, Leonel, un joven que se enroló cuando tenía 14 años, contaba: “Cuando salía del colegio trabajaba de ayudante en una panadería. Era un trabajo duro y mal pagado. Después trabajé en el campo, pero también era duro, y al final me uní a los paramilitares. Tenía amigos dentro. Me pagaban 100 dólares al mes. Parecía una vida más fácil”.
Los niños que intentan escapar de las FARC pueden ser ejecutados, en especial si huyen con un arma. Los muchachos atrapados se enfrentan a un “consejo de guerra”, donde todos los miembros de la compañía participan en lo que en esencia constituye un juicio a uno de los miembros. A mano alzada se decide si al niño hay que ejecutarlo o debe recibir una sentencia más leve. Otras infracciones que pueden tener como resultado la pena de muerte son: quedarse dormido durante la guardia, entregar o perder un arma, ser un delator y consumir en exceso drogas o alcohol. En algunos casos, los muchachos que intentan defender al acusado son los elegidos para apretar el gatillo.
ALREDEDOR DEL MUNDO
En 2000, las Naciones Unidas, apoyada por una campaña dirigida por la Coalición para Acabar con el Uso de niños-soldado, adoptó un tratado internacional que establece la edad de 18 años para cualquier participación directa en las hostilidades, para cualquier reclutamiento o conscripción forzosos, y para cualquier captación de reclutas por parte de grupos armados no estatales. Permite a los ejércitos estatales alistar a voluntarios a partir de 16 años, pero sólo para ocupar puestos que no impliquen su participación en los combates y con ciertas salvaguardias. El tratado obliga también a los Estados a proporcionar rehabilitación y ayuda para la reinserción a los ex niños-soldado.
Hasta la fecha, 120 países han ratificado el tratado. Algunos también han enmendado su legislación nacional para elevar la edad de reclutamiento voluntario. Entre los países que lo han firmado recientemente se encuentran Chile, Italia, Jordania, Maldivas, Sierra Leona, Eslovenia y Corea del Sur.
La utilización de niños-soldado es el grado más extremo de explotación infantil. Afganistán, Colombia, Myanmar, Sri Lanka, Uganda y Nepal, entre otros países, emplean a menores como espías, combatientes, centinelas o esposas a la fuerza en el caso de las niñas.
Las filas de niños-soldado incluyen niñas de apenas ocho años reclutadas por la guerrilla en Colombia, muchachos adolescentes amenazados con ir a la cárcel si se niegan a enrolarse en el ejército estatal birmano y niños utilizados en atentados suicidas en Afganistán e Irak. Por lo general, a estos niños se les priva de la asistencia a la escuela, se les separa de sus familias y se ven sumidos en una existencia agotadora y violenta.
Se desconoce el número exacto de niños-soldado en todo el mundo, pero son seguramente muchas decenas de miles. Aunque por lo general se asocian más con conflictos en países de África, pueden encontrarse niños-soldado en prácticamente todas las regiones. Los principales responsables del reclutamiento de niños-soldado son los grupos armados clandestinos, que son los más numerosos.
¿POR QUÉ NIÑOS?
Algunos comandantes los buscan activamente por su inmadurez o su vulnerabilidad. Muchos creen que los niños cumplen las órdenes con más facilidad que los adultos, y su adoctrinamiento es más sencillo. Es posible que los niños estén más predispuestos a asumir riesgos en combate si no comprenden las consecuencias de lo que se les pide que hagan. Si no han tenido oportunidad de aprender a discernir entre lo que está bien y lo que está mal, tal vez estén más dispuestos a cometer atrocidades.
A los niños también se les valora porque pueden desempeñar determinados cometidos con más destreza que los adultos. Por ejemplo, a menudo se les utiliza como informantes o mensajeros, porque los mandos creen menos probable que despierten sospechas que los adultos.
Un estudio de la organización Save the Children sobre los niños afectados por la guerra, en el que se preguntaba a niños en edad escolar si habían sido secuestrados, da una idea de hasta qué punto está extendido el reclutamiento infantil en las zonas con conflictos. En lugar de contestar que “no”, muchos decían conmovedoramente “todavía no”.
Las consecuencias de ser niño-soldado son profundas. A menudo los niños son separados de sus familias durante largos periodos de tiempo, y carecen de la socialización familiar y comunitaria de la mayoría. El trato brutal y la exposición a la violencia les causan dificultades emocionales y psicológicas. Los orientadores que trabajan con ellos explican que los ex niños-soldado sufren trastornos del sueño, problemas alimenticios, ansiedad y temor por el futuro y por sí mismos. Muchos de ellos padecen pesadillas recurrentes sobre sus experiencias.
Por lo general su educación se ve interrumpida. Tras perder años de colegio, tienen problemas para volver a la escuela después de dejar la vida militar. En algunos países, las elevadas tasas escolares hacen inasequibles los colegios para un niño-soldado. Sin preparación civil ni enseñanza, el reto inmediato para muchos niños-soldado es ganarse la vida. Esta preocupación es mayor aún en el caso de las niñas-soldado, que a menudo regresan con bebés. (Con datos de UNICEF, Política Exterior.com, El País).