“Ser mujer…”
Un 8 de marzo de 1908 cerca de 140 mujeres trabajadoras de la fábrica Cotton de N. Y. murieron calcinadas. Empezó la historia con la declaración de una huelga donde pedían una jornada laboral de 10 horas, salario igual que el de los hombres y una mejora en las condiciones higiénicas. Dícese que el dueño de la empresa ordenó cerrar las puertas y provocar un incendio con la intención que ellas desistan; no obstante, las llamas se descontrolaron y todas murieron abrasadas y abrazadas.
También existen otras fechas en las que se conmemora a la mujer a partir de hitos históricos como la inclusión en el derecho al voto, el natalicio de activistas llamadas feministas, mujeres voluntarias médicos, religiosas que dieron sus vidas por otros, primeras presidentes de países, en fin… en distintos espacios la actuación de las mujeres ha ido ganando protagonismo “visibilizado”.Enfatizo “visibilizado” porque no es novedad ni tema de los últimos tiempos que las mujeres se hayan destacado marcando el rumbo de la historia y cambiándola en muchos casos.Podría mencionar a una profetisa y jueza que lideraba a un pueblo cuando no tenían rey, convocando al ejército y animando a los guerreros a derrotar a los opresores (su nombre era Débora y estoy hablando de los 1200 a.C.)gracias a ella tuvieron 40 años de paz.Otro caso es el de Esther, una chica israelita que ganó el concurso de belleza más importante de su tiempo y se convirtió en la reina de Persia, pero lo destacable de ella no era sólo su belleza; sino su inteligencia y valentía pues arriesgó su vida para salvar a su pueblo de una masacre.
Sin embargo, ser mujer y destacarse por ello es mucho más que una reivindicación, que una ruptura paradigmática, que una fecha conmemorativa,que certámenes de belleza, que premios o reconocimientos por los aportes científicos. Ser mujer es procesar la información de una manera diferente porque simplemente somos diferentes, la divergencia fisiológica hace que el funcionamiento del cuerpo considerando prioritariamente la menstruación y la posibilidad de dar de lactar provoquede manera inconscientela búsqueda de estabilidad; habitualmente influye también en la resistencia al cambio (cambiar de casa, trabajo o residencia nos conflictúa); nos convierte en fieras a la hora de defender lo nuestro; somos altamente emocionales lo que media en las decisiones y también hace que la proyección del futuro sea algo prioritario (se tiene más sentido de urgencia lo que provoca discusiones con frecuencia con quienes no tienen apuro). Además, leemos la realidad de una manera entrelazada (pensamos en todo al mismo tiempo y tratamos de dar solución a todo), podemos abordar varios temas juntos con la misma atención e intensidad y cuando se trata de buscar justicia no se escatima el esfuerzo que demande hasta encontrarla.
Todas estas características las encontramos en las 140 mujeres empleadas de esa fábrica, en la jueza que liberó a su pueblo, en la reina de Persia o en las mujeres que aportaron en la ciencia, que hacen política, que incursionaron en la albañilería, que escriben poesías, que son ingenieras o en aquellas que somos honrosamente madres, hermanas, abuelas, tías o hijas.
Ser mujer es un privilegio que nos otorga locuras que impulsan a otros a seguirnos, es dar vida y sentido a la vida, es una amalgama entre ternura y firmeza, entre sentirnos protectoras y demandar protección, es una lucha constante por entendernos y en ese caminar aprender y enseñar.
JEAN CARLA SABA DE ALISS
Conferencista, escritora y life coach
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