Travesía: Cruzando América
Texto: Alicia Cortés Soruco
Fotos: Una Gran Nación
Es gracioso pensar en nuestra condición humana hoy en día. En lo listos que somos, creando pequeños y grandes aparatos que realicen las tareas que no nos gusta hacer. Robots, los llamamos, invenciones mecánicas diseñadas para repetir una y otra vez la misma acción, sin quejas, sin daños. Algo que acabaría con la felicidad de un ser humano si estuviera condenado a hacerlo.
¿O no? ¿No es exactamente eso lo que hacemos todos?
Todos los días empiezan a mezclarse en la rutina monótona de levantarse, comer, trabajar, comer, trabajar, comer y dormir. Tal vez una que otra fiesta, encuentro, evento y eso es todo. Aparentemente, no hay nada más en la existencia, nos reducimos al eterno repetir de todo, como lo hicieron tantas generaciones antes de nosotros. La monotonía parece haberse vuelto un objetivo de vida: mientras más tranquilos y regulares sean nuestros días, mejor nos va.
Pero hay un rincón de nuestro cerebro (o será del corazón) que sufre con esta vida. Una parte de nosotros que espera con ansias ese algo, ese cambio, ese descubrimiento que haga de nuestra vida una aventura. Soñamos con grandes viajes y odiseas, enfrentando y superando los peligros. Soñamos con ser el personaje principal de nuestra propia vida.
Lo que desconocemos es que ese sueño está absolutamente en nuestro poder.
El equipo de Una Gran Nación (UGN) se sentó con un soñador que ha decidido despertar para cumplir su aventura.
A Gustavo Aramayo (IG: tavo_bmwbol) siempre le han gustado las motocicletas. Sus viajes en ellas empezaron por los verdes y conocidos valles cochabambinos. Después, se extendieron por toda Bolivia, descubriendo los paisajes que nuestro país ofrece a los que se dedican a conocerlo. Justo cuando la libertad iba en ascenso, llegó la pandemia. Y en esos meses de aislamiento y restricción, empezó a surgir una idea: una aventura en motocicleta desde Bolivia hasta Alaska. Un recorrido de más de diez mil kilómetros, 13 países y un continente entero.
Si bien los aspectos técnicos del viaje son muy interesantes, hay algo que a UGN le interesa aún más: la motivación detrás de esta travesía.
Gustavo nos cuenta que tiene un impulso de “salir del molde”. Dejar atrás las presiones y expectativas sociales y personales con las que nos atamos y hacer aquello que nos traiga verdadera paz y felicidad.
En sus palabras: “Quiero cumplir un desafío, llegar a donde me propongo y conquistarlo”.
En medio de sus preparaciones, Gustavo nos habla de la búsqueda de la felicidad por la que todos pasamos. “Tenemos muchísimo en el país y en el continente, paisajes, culturas, personas, lugares. Creo que cuando uno realmente ama lo que está haciendo, no hay un momento perfecto para hacerlo. Sólo hay que empezar, animarse a hacerlo y es ahí donde nuestras aventuras empiezan”, afirma. Con esta mentalidad, Gustavo se ha estado preparando durante un año y medio para su proyecto.
Este tipo de viajes no son solamente una idea suelta. Involucran un alto nivel de organización, dado que el más mínimo detalle puede ser vital en el camino. Desde definir la ruta exacta, completar las exigencias fronterizas de todos los países a cruzar, las visas y pasaportes, hasta tener las certificaciones de vacunación necesarias. Este último punto ha resultado complicado en los últimos meses, con la gran cantidad de cambios en cada país.
Por otro lado, está el transporte: una motocicleta BMW 1250 GS Adventure, diseñada para aguantar las durezas del camino, firme y resistente. También se debe pensar, por supuesto, en todo el material de protección debido y el equipaje, dónde se pasarán las noches, cerrar acuerdos con hospedajes en los distintos destinos, encontrar lugares seguros para pasar la noche y muchísimos otros detalles que requieren atención.
Además de todo esto, Gustavo nos comenta que hay un punto al que no todos le dan la importancia que merece: la vuelta. El plan para el regreso inicia antes de partir: “Uno tiene que tener la organización suficiente como para dejar sus asuntos ordenados antes de partir y la confianza en uno mismo como para saber que al volver, podemos empezar una vida nuevamente”.
El viaje al que Gustavo se enfrenta es una odisea moderna, descubriendo las culturas y mundos que Latinoamérica encierra. Uno de sus objetivos es documentar el viaje, sus etapas y todo lo que la aventura vaya ofreciendo, para mostrarle al público que es posible emprender y cumplir nuestros sueños. Gustavo nos dice: “Salgo con una mente abierta, buscando crecimiento personal, pero también quiero impulsar un cambio social, para que todos puedan entender que no estamos obligados a hacer lo mismo una y otra vez. Podemos hacer aquello que nos hace felices. Es más, yo creo que debemos hacerlo”.
Gustavo Aramayo partió en su aventura el día viernes 29 de abril y ahora se encuentra cursando el norte de Sudamérica, en algún punto entre Perú y Colombia. En el equipaje de su motocicleta, lleva un sueño que, con solo partir de Cochabamba, ya ha iniciado su camino hacia completarse. Como nos dijo él, sólo días antes de partir: “Hay que vivir por uno mismo, vivir por lo que amamos y, finalmente, ser felices”.
En esas palabras, encontramos el espíritu que nos define y que hace de nuestra Bolivia, Una Gran Nación.