Diana Verduguez: “La vida te recompensa cuando haces las cosas con amor”
Hablar de Diana Verduguez es hablar de disciplina, talento y versatilidad. A lo largo de estos últimos cuatro años se fue consolidando como una de las presentadoras en ascenso en la televisión boliviana, además de mantener una exitosa carrera en el modelaje y una vida dedicada al fitness.
Desde sus inicios en el mundo de la moda hasta su sorpresiva incursión en la televisión, Diana demuestra que con determinación y esfuerzo es posible abrirse paso en distintas industrias, si uno se lo propone. Aunque su formación académica está en el área comercial, con una ingeniería en esa especialidad y posgrados en marketing y gestión de recursos humanos, la vida la llevó a descubrir su talento y pasión en la comunicación.
Un salto inesperado
Para Diana, la oportunidad en la televisión llegó casi por casualidad. En el nuevo episodio del Pódcast OH! comenta que durante la pandemia, cuando trabajaba en el área de marketing y acuerdos comerciales en una empresa de aviación, surgió un casting en la Red Uno.
Sin dudarlo, decidió postularse, sin imaginar que sería seleccionada de inmediato. “Me llamaron y me dijeron: ‘estás seleccionada’. Pregunté cuándo empezaba y me dijeron que el lunes. Yo pensaba, ¿qué hago con mi trabajo?”, recuerda entre risas.
Inicialmente, intentó compaginar ambos empleos, una etapa complicada, pero el amor por la televisión la llevó a tomar una decisión. “ Siempre he sido bastante suelta, extrovertida, me gusta mucho hablar”, comparte.
En su primer casting, quedó entre las finalistas, pero la experiencia le demostró que necesitaba prepararse más. “Entre el primer y segundo casting, aprendí bastante de otras personas que me enseñaron sobre modulación, expresión y la improvisación que toma su tiempo”, cuenta.
Diana se considera una persona autodidacta y abierta al aprendizaje para lograr sus objetivos. “Uno debe seguir intentando, mejorar y no rendirse”, sostiene. Con esa determinación y carisma se fue convirtiendo en una de las presentadoras más queridas por el público cochabambino.
Una pasión que nunca dejó
Antes de convertirse en presentadora, Diana ya tenía un nombre en el mundo del modelaje ya que su carrera comenzó a los 16 años aproximadamente. “Siempre ha sido como un hobby que después pasó a ser un trabajo”, señala. En este mundo, casi sin planearlo, se inscribió en el Miss Feria.
“Me preguntaron si quería participar y lo primero que pregunté fue: ‘¿Qué gano?’ Me dijeron que el premio era de 10 mil bolivianos, así que dije ‘¡Vamos!’”, recuerda divertida. Desde entonces, tras conquistar la corona fue parte de Chicas Premier y trabajó en múltiples campañas.
El modelaje no sólo le abrió puertas, sino que también la ayudó a desarrollar otras habilidades y darse a conocer.
Maternidad y desafíos personales
Diana es madre guerrera y su prioridad siempre ha sido su hija. Para ella, equilibrar la vida laboral y la maternidad es un reto, pero encontró formas de manejarlo. “He tenido que poner mi vida en pausa en algunos momentos para darle el lugar que merece mi hija”, afirma. A pesar de las exigencias de su carrera, destaca que el horario de la televisión le permite compartir tiempo de calidad con su pequeña.
“Cuando uno es mamá aprende a poner a su hijo por delante de todo, incluso de sus propios sueños. Pero eso no significa que debas dejar de crecer como persona. Mi hijita llegó en un momento que tal vez no estaba planificado, pero ahora soy la más feliz del mundo”, reflexiona sobre la maternidad.
Además, señala que el mundo de cada madre es diferente, por lo que no se debería juzgar “cómo hace cada mamá sus cosas para que sus hijos sean felices”. Además insta a las madres a seguir sus sueños porque se puede. “Todos creen que tienen el derecho de juzgarte, es difícil, pero se puede. Hay que dar la contra a la gente y demostrar que todo es posible”, subraya.
Un giro inesperado en su vida
Diana no sólo ha enfrentado retos profesionales, sino también personales. Hace un tiempo, sufrió un problema de salud que la llevó a perder peso drásticamente, afectando su bienestar físico y emocional.
“Llegué a pesar 10 kilos menos de lo que peso ahora, me sentía débil y no encontraba una solución”, relata. Fue un proceso difícil, marcado por consultas médicas sin respuestas claras y críticas constantes en redes sociales.
Pero en lugar de rendirse y tras identificar qué le pasaba decidió transformar su vida. “Dije ‘hasta aquí’, y empecé a entrenar. El gimnasio fue mi salvación, no sólo para recuperar peso, sino para fortalecerme física y mentalmente”, agradece.
Hoy, la actividad física es una parte esencial de su rutina y recomienda a todos buscar una disciplina que les ayude a sentirse mejor. “Siempre hay que ir en contra de los mitos, sólo hagan lo que les hace feliz”, añade.
Carnaval, baile y tradición
Además de su amor por la televisión y el modelaje, Diana tiene otra pasión: el baile. “Desde que tengo cinco años estoy en los escenarios. He bailado desde ballet hasta jazz y danza folclórica, me encanta”, menciona.
Aunque tuvo que dejarlo por falta de tiempo, encontró en los caporales una forma de mantenerse conectada con su amor por la danza, comenta. Para este año, confirmó su participación en el Corso de Corso.
Para ella, bailar caporales no es sólo una expresión cultural, sino una experiencia enriquecedora que le permitió representar a Bolivia en eventos internacionales. “Gracias al baile, viajé a México para mostrar nuestra danza. Es algo que seguiré haciendo mientras pueda”, asegura.
Sobre el futuro, Diana planea retomar su carrera en ingeniería comercial, combinándola con la comunicación. “Quiero seguir creciendo en ambas áreas, fusionarlas y aprovechar todo lo que he aprendido”, menciona con entusiasmo.
Diana Verduguez es mucho más que una presentadora o modelo. Es una mujer que ha sabido reinventarse, adaptarse a los cambios y superar obstáculos con determinación. Su historia refleja el poder del esfuerzo, la importancia del equilibrio y la necesidad de perseguir los sueños sin dejar de lado lo esencial: la felicidad propia, la familia y la salud.