Salvar vidas con una decisión: la donación de órganos
En Bolivia, cada año más de 200 personas se suman a la lista de pacientes con insuficiencia renal crónica. Muchos de ellos dependen de la diálisis para sobrevivir y otros esperan, con esperanza y ansiedad, la oportunidad de recibir un trasplante de órgano. La mayoría recibe ayuda de sus familiares, mientras que otros esperan por un donante voluntario.
La responsable del programa de Salud Renal y Trasplante del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Gisela Vidal Alarcón, explica que existe un sistema activo y gratuito de registro de donantes voluntarios en el país. “Lo único que necesitan es venir al programa, dar sus datos personales y expresar su voluntad. Con base en eso, se les entrega un carnet donde se especifica qué órganos desean donar”, comenta. La inscripción está abierta para mayores de 18 años, sin costo alguno, y se puede limitar a determinados órganos, según la decisión de cada persona. “Los estudiantes de medicina son los que más voluntad tienen”, destaca.
Uno de los datos importantes al tomar esta decisión es que no todos los órganos pueden donarse en vida. Riñones, médula ósea e incluso una parte del hígado son posibles de donar en vida, gracias a su capacidad regenerativa o por existir en pares, subraya. Sin embargo, la mayoría de los trasplantes se realizan con órganos de personas fallecidas con muerte cerebral, bajo estrictos protocolos médicos y éticos.
Para ello, indica que la voluntad del donante debe ir acompañada de la autorización familiar. “Aunque una persona tenga su carnet de donante, si su familia no está de acuerdo, se debe respetar esa decisión, pero es bueno socializar con la familia cuál es nuestra voluntad”, aclara la doctora.
TRASPLANTE RENAL
En Bolivia, el trasplante renal es el más desarrollado y es en lo que se trabaja más por la cantidad de pacientes crónicos, menciona Vidal. Este procedimiento, que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, está cubierto por el Sistema Único de Salud (SUS).
Desde los exámenes previos, las evaluaciones del donante y receptor, hasta la cirugía, son gratuitos. El único estudio que actualmente no cubierto por el SUS es el “cross match”, que determina la compatibilidad entre donante y receptor. “Esperamos que en el futuro también sea parte de la cobertura estatal”, añade.
Además, el trasplante no termina en el quirófano, ya que los pacientes deben seguir un tratamiento inmunosupresor de por vida para evitar el rechazo del órgano. Esta medicación, que también implica un seguimiento constante, está garantizada durante dos años. Después, los controles continúan en centros de tercer nivel con el amparo del SUS.
La voluntad de donar no siempre es una decisión sencilla, especialmente cuando involucra a un ser querido, por tanto, convencer a la familia es uno de los desafíos más grandes, comparte. “Cuando se trata de niños, es más fácil porque ningún padre se niega a ayudar. Pero en adultos es un proceso más complejo que requiere información y acompañamiento emocional. Por eso, los psicólogos juegan un papel clave en este proceso”, explica Alarcón.
Uno de los testimonios que conmovió al equipo del Programa de Salud Renal es el de una joven que donó un riñón a su hermano. Luego de la cirugía, tuvo un embarazo normal y dio a luz a un bebé sano, cuenta Vidal. “Estas historias nos motivan a seguir promoviendo la donación”, afirma la responsable.
“Existen muchos mitos que rodean al trasplante, como que el donante tendrá una vida limitada o que no podrá embarazarse, pero no es así. Con control adecuado, se puede tener una vida completamente normal”, subraya.
Para mantener la salud después de una donación, en el caso de los riñones, se recomienda evitar hábitos nocivos, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la automedicación. Además de llevar una alimentación saludable y realizarse chequeos médicos regulares para preservar el órgano restante.
SEÑALES DE ALERTA
Uno de los principales enemigos de la salud renal es el diagnóstico tardío, menciona Vidal sobre los casos atendidos. La mayoría de las enfermedades renales son silenciosas y se detectan cuando ya han avanzado considerablemente.
“Muchas personas llegan con hinchazón, falta de aire o fatiga extrema, síntomas que aparecen cuando ya hay un daño avanzado”, alerta la doctora. Por eso, es clave realizar controles de creatinina y urea una vez al año, especialmente en personas con factores de riesgo como hipertensión o diabetes.
En los últimos años, Bolivia registró un alarmante aumento de casos de insuficiencia renal crónica, reportó el Sedes. Sólo en 2023 se registraron más de 200 nuevos casos en el departamento. Esta cifra podría reducirse con educación, prevención y conciencia, subraya el sector salud. En mayo, declarado como el Mes de la Donación, se busca justamente generar mayor visibilidad y compromiso ciudadano.
Donar órganos es un acto de amor profundo. Es, literalmente, regalar vida. Y aunque el proceso puede parecer complejo o incluso atemorizante, cada historia de éxito, cada paciente que puede abrazar a su familia sin las limitaciones de una enfermedad terminal, es un testimonio de que vale la pena. En palabras de la doctora: “Más allá de la vida, podemos seguir ayudando. Una sola decisión puede salvar vidas. Ese es el poder de la donación”.
¿Qué órganos se pueden donar?
Los riñones regulan el balance de agua y son solutos en la sangre, estos órganos pueden ser donados a las personas con insuficiencia renal crónica. El hígado, cuya función es desintoxicar y almacenar vitaminas, además de eliminar sustancias dañinas para el organismo, como el alcohol, ayuda a enfermos hepáticos. El corazón, el órgano principal del aparato circulatorio, es esperado por niños.
El páncreas, fundamental para el proceso de la digestión, es la esperanza para muchos pacientes diabéticos; el intestino puede mejorar la calidad de vida de personas que sufren afectación gastrointestinal y los pulmones ayudan a que los pacientes puedan volver a respirar. Asimismo, la córnea devuelve la vista a quienes esperan por este tejido; los huesos ayudan a los niños con cáncer y la piel a quienes sufren de quemaduras. Los requisitos son ser mayor de edad, gozar de buena salud, manifestar voluntad de ser donante y registrarse como donante.
Hay más de seis mil enfermos renales en Bolivia
En Bolivia fueron detectadas más de 6.000 pacientes con enfermedad renal en 2024, por lo que la Campaña de Salud Renal, lanzada por el Ministerio de Salud, sirve para sensibilizar a la población sobre la importancia del cuidado de los riñones con hábitos saludables y chequeos médicos oportunos.
“La campaña está destinada a concientizar a la población sobre la importancia del cuidado del riñón, acceder a información, a pruebas gratuitas y controles de glicemia”, informó la responsable del Programa Nacional de Salud Renal, Sdenka Maury.
Además, recomendó a la población cuidar el riñón con una alimentación sana, evitar el consumo excesivo de sal y azúcares, grasas trans, la comida chatarra, y beber agua para ayudar al órgano a realizar su función de desintoxicación del organismo.
Asimismo, es muy importante acudir a un establecimiento de salud por lo menos una vez al año para hacerse las pruebas de proteinuria y creatinina para verificar el funcionamiento de los riñones y prevenir complicaciones.
Ya se hicieron más de 200 trasplantes
El departamento de Cochabamba posee una de las tasas más altas de éxito en los trasplantes de riñón en todo Bolivia. El 90 por ciento de los 150 enfermos renales que se beneficiaron con un trasplante de riñón tienen una mejor calidad de vida, según datos del programa de Salud Renal del Ministerio de Salud.
Los pacientes con trasplante renal acceden a medicación antes y después de la intervención, un gasto que cubre el Ministerio de Salud.
Los dos únicos hospitales que están habilitados para realizar este tipo de cirugía son el Belga y Univalle. Ambos centros médicos de referencia cuentan con las condiciones óptimas para evitar las infecciones relacionadas con el trasplante de órganos, informó el Servicio Departamental de Salud.