Detectar el cáncer en niños lleva incluso años por falta de recursos
“El médico me dijo que si esa enfermedad le detectaban a los seis meses le hubiésemos salvado el ojito a mi hija, pero ningún doctor fue capaz de detectarla hasta que ella cumplió dos años”, relata Noemí Arias, sobre el diagnóstico del tumor de su niña.
El diagnóstico tardío provocó que el tumor avance y que finalmente la niña pierda por completo un ojo. Para llegar a una valoración certera, Noemí pasó por varios especialistas hasta que al fin uno acertó.
Su historia la vivieron varias madres y padres que “peregrinaron” por encontrar una respuesta lógica al dolor que padecían sus niños.
Faltan oncólogos
“El diagnóstico tardío es real. Creo que en Bolivia recién estamos entrando a la era del cáncer, muchos de los colegas de adultos ni los pediatras tienen todavía esa agilidad de sospechar de un cáncer y unir datos de laboratorio y clínicos”, señala la oncóloga pediatra, Beatriz Salas.
En Cochabamba sólo existen dos oncólogos pediatras y un hematólogo especializado en leucemias. La falta de especialistas es un factor fundamental que impide el diagnóstico precoz. Por otro lado, el desconocimiento de la leucemia y sus síntomas persisten en la población.
Los centros de primer y segundo nivel no tienen la capacidad de diagnosticar la leucemia y, por tanto, muchas familias pese a una sospecha no acuden a los hospitales de tercer nivel para descartar la posibilidad de cáncer.
Fallas
“En 2015 mi hija estaba resfriada y me dijeron que era tuberculosis, la interné en el hospital y a los días le aparecieron unos puntitos rojos como varicela, y me dijeron que era anemia, luego tuvo un desmayo en el colegio y me fui a la clínica Los Olivos y recién ahí le detectaron leucemia”, relató la mamá de una paciente, Dalsy Serrano.
Explicó que la falta de equipos, tecnologías y médicos especializados impiden que se logre un diagnóstico precoz del cáncer infantil. Una varicela, tuberculosis o anemia severa son los males más comunes que llegan a confundirse con la leucemia.
“Muchas veces los niños van al médico por una anemia y muchos piensan que es por parásitos, pero si al darle el tratamiento el paciente no mejora; entonces, tenemos que descartar la sospecha de una leucemia”, comenta la doctora Beatriz Salas.
Añade que la capacitación del personal de los centros de salud de segundo y primer nivel debe mejorar, ya que muchos niños con cáncer que asisten a estos no son diagnosticados a tiempo.
Además, se debe trabajar en la prevención. Otro aspecto que preocupa son los costos de los exámenes.
“Para el diagnóstico me pidieron un montón de exámenes y no tenía recursos, porque me había endeudado, sólo uno me costaba 10 mil bolivianos y una doctora me ayudó a conseguir un poco más barato, no sé qué hubiese hecho sino”, dijo Noemí.
Los exámenes de diagnóstico no son cubiertos por el Estado y ascienden hasta los 13 mil bolivianos.
Se diagnóstica sólo en centros de 3er nivel
En el ámbito de salud pública el diagnóstico de cáncer infantil sólo es posible en el complejo Viedma, el único hospital de tercer nivel. El diagnóstico puede tardar sólo unos días, siempre y cuando se tenga la disponibilidad de recursos para los exámenes.
Falla diagnóstico en primer y segundo nivel
Ante el escaso conocimiento y capacitación del personal de los centros de salud de primer y segundo nivel, el diagnóstico para detectar un posible cáncer continúa fallando y en muchos casos la enfermedad avanza hasta llegar a un estado crítico.
Los diagnósticos resultan costosos
El diagnóstico de cáncer infantil requiere la realización de diversos exámenes médicos que pueden llegar a costar hasta unos 13 mil bolivianos.