Huerto ecológico en acción
En medio del asfalto, entre autos chatarra, materiales de construcción y oficinas de la ex Cordeco se encuentra el huerto comunitario de la Organización de Inquilinos de Cochabamba (Oinco): 1.470 metros cuadrados de verdes brotes y tierra fértil.
Los mismos vecinos labraron la tierra, retiraron las piedras y escombros que rodean el lugar, fuera de la malla, hasta lograr que la tierra sea apta para la agricultura.
El letrero de “Escuela Popular” luce desde el ingreso. En el lugar, se capacita gratuitamente a los comunarios en talleres de preparación de insecticidas, fertilizantes, compost, entre otros.
“Todos cultivan sus propias verduras, enseñamos lo básico de agricultura urbana”, afirma Aniceto Hinojosa, encargado del huerto. “Además, enseñamos los valores de cuidar a la tierra y la reciprocidad”, añade, mientras en su rostro se observa la satisfacción del crecimiento del lugar y el paso de la experiencia de cuatro años.
El cultivo de tomates, acelgas, cebollas, betarragas y otras hortalizas aleja a los vecinos de la congestión urbana.
Semanalmente, participan entre 60 y 70 personas cuidando el huerto, por lo que el total 2.000 personas pasaron por el lugar. En muchas ocasiones, la mitad de la producción se la dona a hogares de niños.
También hay otros niños que participan. Marco Aurelio tiene 10 años y ya conoce los métodos de cultivo. Aunque su propia parcela sólo alcanza el metro cuadrado ya se observa cómo van creciendo los pequeños tomates y cebollines
Compost
Para la elaboración de compost, el año pasado la Empresa Municipal de Aseo (EMSA) llevó cinco volquetas de basura orgánica con las que se lograron 75 metros cúbicos de abono. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, el 60 por ciento de la basura que se genera en el departamento es orgánica.
Tecnología
Hace poco, los afiliados pudieron capacitarse en nuevas tecnologías de cultivo, viveros verticales, cajas de pie cuadrado y huertos horizontales en altura.
Las hortalizas que crecen en los viveros verticales ocupan 50 centímetros del perímetro de tierra por cada 48 plantines en el caso de las lechugas. Para este mismo número, se necesitarían tres metros de terreno, en suelo. En tanto, para su crecimiento en suelo (que toma 60 días), para riego se gastarían 2.500 litros de agua, pero con la tecnología sólo se usan 120 litros en todo el ciclo. Como si esto fuera poco, los recipientes donde se siembran son totalmente reciclados.
El recorrido finaliza con Aniceto Hinojosa mostrando un zucchini (calabacín verde) de 70 centímetros de largo. En unos días estará listo para cosecharse. “Todos nos decían que estábamos locos por hacer un huerto en semejante lugar. La planta solo necesita amor para empezar a dar frutos, “indica.
Hinojosa y sus compañeros esperan que el Gobierno apruebe el proyecto de Condominios Populares con componentes ecológicos “cámaras de tratamiento de agua, paneles solares y sobre todo los huertos”.