La región metropolitana convive con unas 15 cuencas de alto riesgo
Unas 15 cuencas de las 54 que existen en la cordillera del Tunari y llegan al río Rocha son consideradas de alto riesgo para la región metropolitana de Cochabamba y pueden provocar estragos como la Taquiña, que en 2018 y 2020 soportó dos aluviones que arrasaron con zonas de una Tiquipaya indefensa frente al poder destructivo del agua. El peligro es mayor debido a la falta de manejo.
Sacaba es la que tiene “la mayor cantidad de cuencas y muchas requieren estudio”, señaló el exdirector del Parque Nacional Tunari, Carlos Espinoza. En este municipio, Wara Wara y Sapanani -con antecedentes de desborde- y Chungara, que “tal vez” es más compleja que la Taquiña porque aparentemente tiene problemas geológicos, son las de que revisten mayor riesgo.
En Cercado, el Pintu Mayu, que “históricamente ha tenido mazamorras”, el río Pajcha, que tiene un caudal muy significativo cuando llueve, y Cantarrana son torrenteras caudalosas, pero en el área urbana su curso se reduce a dos metros, lo que incrementa el riesgo de un desborde.
En tanto, la Pajcha, Pintu Mayu y Sapanani “son cuencas muy propensas a tener un deslizamiento con mazamorra y son las que hay que hay cuidar lo antes posible”, advirtió el exresponsable de obras hidráulicas del Programa de Manejo Integral de Cuencas (Promic), José Luis Jaldín.
En Quillacollo, el río Huallaquea “tuvo en algún momento antecedentes de inundación”, recordó Espinoza.
En Vinto se identificaron a los ríos La Llave y Viloma -que colinda con Sipe Sipe- como de alto riesgo. “Históricamente el Viloma tiene una naciente muy crítica con mucho deslizamiento de la parte alta”, dijo Espinoza. En Sipe Sipe, el río Pankuruma corre peligro.
En Tiquipaya, Taquiña y Khora son de riesgo, dijo el especialista en planificación territorial, Augusto Delgadillo. “Si Tiquipaya no maneja bien sus cuencas, va a afectar a Colcapirhua”, advirtió Espinoza.
El Promic ejecutó 301 obras hidráulicas “que aunque están ya deficientes todavía están cumpliendo su función”, sostuvo Delgadillo. Tras el cierre del programa, en 2012, las obras no recibieron mantenimiento y no se dio continuidad al manejo integral.
“El manejo es fundamental por el crecimiento urbano sobre el abanico aluvial de la ladera sur”, manifestó Delgadillo. Espinoza remarcó que se necesitan entre 10 y 15 años para intervenir una cuenca.
Lo que pasa en la Taquiña sucede en las 54 cuencas, se deben hacer estudios para evitar desastres.
DATOS
Asentamientos sobre el cono aluvial de los ríos. Para urbanizar, los pobladores canalizaron afluentes de ríos en uno solo sin considerar que una vez que se desborda vuelve por sus caudales originales.
Gobernación realiza monitoreo a 8 cuencas. El Servicio Departamental de Cuencas monitorea: la Pajcha, Chocaya, Thola Pujru, Pintu Mayu, Viloma, Sapanani, Chungara y Wara Wara.
Reubicación frente a deficiente planificación. Tras el último aluvión la Alcaldía de Tiquipaya tiene previsto dotar viviendas a 59 familias damnificadas. En el río Taquiña no se respetaron las franjas de seguridad, se aprobaron planos en zonas de riesgo y la planificación del municipio dejó de lado la situación de los ríos.
ANÁLISIS
Augusto Delgadillo. Antropólogo
“La solución es comenzar a planificar a nivel de cuencas”
Lo que está generando daños al territorio es la actividad humana, si no se comienza a estudiar, reglamentar e intervenir inmediatamente vamos a estar con bombas de tiempo y en cualquier momento, llegado el desastre, recién se buscará una solución. Vamos a estar trabajando en atención; la idea es prevenir.
La solución es comenzar a planificar a nivel de cuencas, porque si se sigue planificando a nivel municipal va a ser crítico. Se dio autonomía a los municipios con planes ineficientes y con deficiente gestión; en vez, de comenzar a planificar de forma regional.
La planificación no toma en cuenta nada, planifican en función al negocio de suelos, ven un suelo potencial para generar plusvalía, comienzan a habilitar vías de acceso y a urbanizarlo sin un estudio. En Tiquipaya casi todos los suelos eran agrícolas de alto potencial y lo han vuelto urbano.