Sin celular: 10 juegos tradicionales para divertirse con los niños
En medio del auge tecnológico y el avance de los dispositivos electrónicos, en Cochabamba no se ha olvidado la esencia de la diversión tradicional. Los juegos de antaño, transmitidos de generación en generación, siguen siendo una parte vital de la cultura local. Para los psicopedagogos, estos juegos promueven la motricidad, el trabajo en equipo y, sobre todo, la conexión entre padres e hijos.
Los parques y áreas verdes se convierten en escenarios ideales para que los niños disfruten de un esparcimiento sano, alejados de las pantallas y lo virtual.
La psicopedagoga Grisselda Aguilar destaca que los espacios y juegos adecuados son fundamentales para el desarrollo de las habilidades de los niños. Aguilar subraya: “Las ludotecas crean espacios de socialización con otros niños de su edad que, gracias a sus juegos, estimulan distintas áreas del aprendizaje. Es diferente aprender de forma mecánica la lectura y la escritura que hacerlo a través de un juego, un dominó, un rompecabezas, etc.”
Aguilar también resalta la importancia de que los padres acompañen y supervisen a sus hijos, ya que esto facilita la socialización, el diagnóstico y el trabajo en aspectos emocionales, psicológicos y de autoestima. Además, enseña a los niños a resolver conflictos cotidianos, preparándolos para el futuro.
Además de ser parte de la herencia generacional, se recomiendan los siguientes juegos para practicar con los más pequeños del hogar, fomentando la creatividad, el desarrollo de habilidades motrices, la concentración y el trabajo en equipo:
- Saltos en saco: para desarrollar la coordinación motora y el equilibrio.
- Liga liga: que requiere de agilidad y destreza al realizar diversas figuras con una liga elástica.
- Pata pata: para mantener la pelota en el aire con el pie.
- Saltar la cuerda: desarrolla la coordinación y resistencia física.
- Balero: un juego de habilidad que pone a prueba la precisión y la concentración.
- Trompo: haciendo diferentes trucos y movimientos.
- Cachinas: una variedad de juegos para que el niño aprenda a medir su fuerza y puntería.
- Rayuela: lanzar una piedra a casillas numeradas en el suelo, sin pisarlas.
- Yoyos: haciendo trucos y acrobacias.
- Cometas hechas a mano: expresando creatividad y disfrutando de volarlas.
- Paracaidistas de bolsas plásticas: proporcionando horas de diversión desde la fabricación supervisada por los padres y al observar cómo descienden.
El rescate de estos juegos tradicionales fue impulsado por iniciativas como “Ch’itis en acción”, liderada por Wilfredo Camacho (†) y Melvi Mujica, quienes se dedicaron a revalorizar la cultura y las tradiciones en el valle cochabambino. Su labor ha sido fundamental para mantener viva la esencia de los juegos de antaño, fortaleciendo el vínculo entre generaciones y preservando una parte importante del patrimonio cultural de Cochabamba.
En un mundo cada vez más digitalizado, los juegos de antaño siguen siendo una fuente inagotable de diversión y aprendizaje, recordándonos la importancia de desconectar de vez en cuando y volver a las raíces de la diversión simple y genuina.