El Papa lava los pies de 12 presos no católicos durante el Jueves Santo
El papa Francisco, conmovido por el universo carcelario, celebró una vez más una misa del Jueves Santo en una prisión lavando los pies de 12 presos, entre ellos dos musulmanes, un ortodoxo y un budista.
Después de una breve reunión privada con los presos enfermos, el Papa celebró el jueves en la tarde la misa de la Última Cena y el rito del lavado de pies con 12 detenidos provenientes de siete países distintos en la prisión romana para hombres de Regina Coeli.
“Cada uno tiene la oportunidad de cambiar de vida y no tiene que ser juzgado”, subrayó el Papa tras agregar que él mismo se considera “un pecador”, en una homilía transmitida por Radio Vatican.
En la tradición cristiana, el Jueves Santo conmemora el día en que Jesucristo lava los pies de los apóstoles y celebró la institución de la eucaristía en su Última Cena.
Se trata de uno de los rituales de la Semana Santa que conmemora los últimos días de Jesucristo.
“Para mí visitar a los enfermos, ir a la cárcel, hacer sentir al preso que puede tener esperanza de reinserción, es eso lo que predica la Iglesia”, explicó el papa Francisco en un reciente libro de entrevistas. El Pontífice visita con regularidad las cárceles en sus viajes al exterior. En enero, tras visitar un centro penitenciario de mujeres en Santiago, calificó ese encuentro como el más emotivo del viaje a Chile.
Ayer en la mañana, durante una misa tradicional en la basílica de San Pedro, delante de prelados y religiosos de Roma, el Papa les recomendó ser “sacerdotes de calle”, disponibles para los creyentes.
Francisco, en la homilía de la misa del Jueves Santo, pidió a los curas ser “sacerdotes de calle” y estar “siempre” cerca de la gente.
“La cercanía -subrayó el Pontífice- es más que el nombre de una virtud particular. Es una actitud que involucra a toda la persona, su modo de establecer vínculos, de estar al mismo tiempo con sí mismo y atento al otro”.
Y agregó: “Cuando la gente dice de un sacerdote que es cercano, a menudo resalta dos cosas. La primera es que está siempre (contrario del que no está nunca. Lo sé, padre, que Él está muy ocupado, dicen a menudo. Y la otro es que sabe hallar una palabra para cada uno”.
“Habla con todos, dice la gente. Con los grandes, con los chicos, con los pobres, con aquellos que no creen. Sacerdotes cercanos que hay, que hablan con todos. Sacerdotes de calle”, señaló.
El Papa dijo que también Jesús “habría podido ser perfectamente un escriba o un doctor de la ley, pero quiso ser un evangelizador, un predicador de calle. El mensajero de buenas noticias para su pueblo”, indicó.
Durante la catequesis del miércoles, que dio inicio a la Semana Santa, a los fieles católicos les recordó que “esta conmemoración es también una llamada a la responsabilidad en la misión (...) para vivir como hombres resucitados, que hacen del mundo un espacio nuevo donde ser instrumentos de consuelo y esperanza para aquellos que sufren todavía hoy la humillación y la soledad”.
Dijo que cuando era pequeño pensaba que la Pascua era la Navidad, pero la “Pascua es la fiesta de nuestra salvación” y relató que “en algunos países el día de Pascua, cuando se oyen las campanas, las abuelas llevan a los niños a lavarse los ojos para ver las cosas de Jesús, las cosas nuevas”.
Ante ello, invitó a hacer esto en esta Semana Santa a los niños para “dejar que esta Pascua nos lave el alma, nos lave los ojos para hacer y ver muchas cosas buenas”.
REPRENDEN A PERIODISTA
El Vaticano reprendió ayer a un conocido periodista italiano que citó al Papa diciendo que el infierno no existe.
Eugenio Scalfari, de 93 años, un ateo declarado que ha entablado una amistad intelectual con Francisco, se reunió recientemente con el Papa y escribió una larga nota que incluía una sección de preguntas y respuestas al final.
OPERACIÓN DE CATARATAS
El Papa dijo que padece cataratas y que tiene previsto operarse el próximo año.
“Esto es bueno. Porque a mi edad, por ejemplo, llegan las cataratas y uno no ve bien la realidad. El año próximo voy a tener que someterme a una operación”, señaló el Pontífice de 81 años durante la visita a un centro penitenciario.