Ghani y Abdullah ponen fin a la crisis postelectoral en Afganistán
El presidente afgano, Ashraf Ghani, y su rival electoral, Abdullah Abdullah, firmaron hoy un pacto para poner fin a meses de inestabilidad política en Afganistán desatada por los comicios presidenciales de septiembre.
Abdullah, que quedó segundo en número de votos y rechazó los resultados electorales, se encargará de liderar el proceso de paz con los talibanes y la mitad de los puestos del gabinete presidencial irán a su equipo electoral.
"Hoy es un día histórico para Afganistán, los afganos han probado que pueden pensar sobre sus intereses nacionales y están comprometidos con ellos", dijo Ghani en un corto discurso junto a su rival electoral, casi tres meses después del anuncio de los resultados electorales.
El presidente afgano agradeció a Abdullah por aceptar el puesto de liderazgo del proceso de paz, cuyo mayor obstáculo por el momento es el intercambio de prisioneros en marcha entre Kabul y los talibanes.
El inicio de las conversaciones entre el Gobierno de Kabul y los insurgentes está sujeto a la liberación de unos 5.000 talibanes prisioneros, y de 1.000 miembros de las fuerzas afganas en cárceles talibanes.
El intercambio se deriva del histórico acuerdo del 29 de febrero entre Estados Unidos y los talibanes, que contempla la retirada de las tropas extranjeras del país en 14 meses.
El proceso es visto como un paso previo a las negociaciones de paz directas entre la formación insurgente y Kabul, y ha estado lastrado por los desacuerdos entre ambas partes.
Ghani afirmó que Abdullah puede "liderar de manera adecuada" el proceso de diálogo para conseguir un alto el fuego seguido de una paz duradera.
Abdullah calificó el acuerdo de "final de la crisis" y afirmó que "aceptarlo no fue una tarea fácil, pero la decisión (...) fue tomada en aras de los intereses nacionales".
El dirigente político afirmó que la decisión de Estados Unidos de cancelar ayudas al país por 1.000 millones de dólares, la crisis del coronavirus y la presión de la comunidad internacional fueron algunos de los factores que le impulsaron a atajar la crisis.
NUEVO ORGANISMO PARA LA PAZ
Un nuevo organismo, el Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, será formado bajo la dirección de Abdullah y en consultas con Ghani y los poderes políticos para liderar el proceso de paz, según el acuerdo.
Las decisiones del nuevo consejo serán "determinantes" y deberán ser implementadas de conformidad con la constitución afgana.
"Hoy, la principal prioridad del país es la paz. Los talibanes deberían probar su buena voluntad para ayudar a crear la confianza necesaria y aprovechar esta oportunidad histórica", dijo Abdullah.
REPARTO POLÍTICO
Además de dirigir el proceso de paz y contar con la mitad de los miembros del gabinete presidencial, entre ellos algunos ministerios clave, Abdullah podrá nombrar a varios gobernadores provinciales tras consultarlo con Ghani.
El poderoso general Abdul Rashid Dostum, exvicepresidente y "señor de la guerra" uzbeco que apoyó a Abdullah en los comicios, será promocionado a mariscal por decreto presidencial y además será miembro del Consejo de Seguridad Nacional (NSC).
El nuevo acuerdo también especifica que ambos líderes acordarán reformas en el sistema electoral, así como la creación de un organismo formado por líderes políticos para asesorar a Ghani.
PROFUNDA CRISIS POLÍTICA
El pasado 18 de febrero, Ghani fue declarado ganador de las controvertidas elecciones presidenciales de septiembre de 2019, que se celebraron entre acusaciones de fraude e irregularidades.
Abdullah, el segundo en número de votos, rechazó los resultados y anunció la formación de su propio gobierno, llegando al punto de oficiar una ceremonia de juramento paralela y nombrar a sus propios gobernadores en varias provincias norteñas.
Ni la intervención del representante especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, consiguió resolver el entuerto tras varias rondas de negociación.
La crisis política ha desarrollado estos meses mientras las negociaciones directas intraafganas parecen estar más cerca que nunca, tras la firma del acuerdo de Doha entre los talibanes y Estados Unidos.
Fue entonces cuando Washington recortó 1.000 millones de dólares en ayudas y amenazó a hacer lo mismo el año próximo, a menos que Ghani y Abdullah resolviesen una crisis muy parecida a la que se vivió en el país tras las elecciones de 2014, con idénticos protagonistas.