Aguirre y Melgarejo, polos de la historia nacional
Escritor D. Winston Estremadoiro: Que esta nota le lleve mi palabra de felicitación y agradecimiento por su escrito con que usted ha adornado el periódico “Los Tiempos” de fecha 2 de febrero reciente con el título “Un paisaje amazónico de la antihistoria boliviana”.
En la citada sesión de la Casona de Mayorazgo, Mariano Baptista Gumucio entregó documentos históricos que realzan las figuras de dos polos humanos de nuestro país: Nataniel Aguirre, el noble patriota de multifacética existencia y Mariano Melgarejo, el tirano arbitrario, ignorante y criminal. No pude observar la documentación presentada pero sé que el tutor de esos archivos ha ofrecido a nuestra H. Municipalidad su adquisición para un museo.
Inmediatamente evoqué la anécdota cuando la Sra. Antonia Argüelles de Galindo y otras damas de Cochabamba visitaron al Gral. Belzu a pedir clemencia para el militar del sexenio a quien se le sentenció con la pena capital. El presidente accedió pero pronosticó: “Lo perdono pero ustedes se van a arrepentir mañana cuando éste cometa delitos contra la humanidad”. La prevención se cumplió en La Cantería cuando tomado preso el poeta Néstor Galindo Argüelles, fue puesto de rodillas para ser asesinado por el propio Melgarejo que disparó con su revólver un tiro de fuego en su cráneo. ¡Arrodíllese delincuente! – le ordenó. ¡No soy un delincuente general! Apenas tuvo tiempo para pronunciar el nombre de su madre, le llegó la detonación y el silencio mortal inmediato. Toda una historia insulsa de iniquidades, la traición a su padrino y mentor Gral. Achá, el regalo del Acre al Brasil, el de un grado geográfico del Litoral a Chile, los despojos de tierras a los indígenas, los crímenes contra la ciudadanía, su gobierno fuera de límites hacia una Vitalicia indefinida como desean todos los tiranos.
Nataniel Aguirre, fue el portador de una bella bandera nacional bordada por manos de delicadas matronas cochabambinas y una condecoración de oro de Sucre enviadas al Almirante Grau, comandante del Huáscar, entregadas al héroe con un significativo discurso. Su existencia fue un verdadero honor para Bolivia. Con Arturo Galindo Grandchant compartimos con usted estimado escritor, su artículo enriquece la intelectualidad vigente a pesar de los eventos atentatorios a la historia y a la dignidad del presente.
“Por eso fue como una uña raspando vidrio que …”.
El autor es médico
Columnas de GASTÓN CORNEJO