El reto es reactivar el aparato productivo
Es comprensible el descontento de los sectores empresariales de Cochabamba con la decisión de mantener la cuarentena total en los siete municipios de la Región Metropolitana Kanata. Y del mismo descontento participan, sin duda, los actores económicos de la economía informal, pues las restricciones sanitarias para contener la expansión de la pandemia paralizan casi todo el aparato productivo, comercial y de servicios, desde hace 50 días.
La decisión de mantener la cuarentena total, por tres semanas más, es razonable desde el punto de vista sanitario y coincide con la calificación de riesgo que tienen los siete municipios que integran la Región Metropolitana. Pero es cuestionable porque se limita al aspecto de la salud y omite por completo el otro componente mayor de esta emergencia: el económico.
Ese enfoque exclusivo de la decisión tomada por los alcaldes de la Región Kanata: Cercado, Quillacollo, Colcapirhua, Vinto, Sipe Sipe, Sacaba y Tiquipa, y la Gobernación hace pensar que la reactivación del aparato productivo de Cochabamba es un asunto de cuyo tratamiento se ocuparán después.
Pero ese después no tiene fecha y, de cualquier manera, los riesgos sanitarios de la pandemia de Covid-19 no se extinguirán en un plazo mediato. Es decir que tenemos que convivir con el nuevo coronavirus hasta que existan los recursos farmacéuticos y médicos –vacuna y tratamientos específicos– que eliminen el peligro de contraer el mal.
Sin embargo, hay en esta situación que genera el comprensible descontento de los sectores empresariales –exportador, industrial, minero, comercial, de la construcción y del transporte– un elemento positivo que tendría que ser impulsado y multiplicado, pues es el recurso indispensable para organizar una reactivación económica sin el riesgo de un incremento de los contagios.
Ese elemento positivo es que los siete alcaldes y la gobernadora –el núcleo del Consejo Metropolitano Kanata– se han sentado para analizar juntos un problema y han llegado a una decisión unánime. Ese consenso logrado por el tema sanitario tendría que servir de arranque para que las autoridades locales que integran el Consejo busquen ampliarlo a los representantes empresariales, más otros de la sociedad civil, y concebir el plan necesario y urgente para dinamizar la cuarentena, en los plazos más breves.
Ese plan deber contemplar las modalidades específicas de reactivación de cada sector económico y constituirse en uno estratégico, a mediano y largo plazo para la convivencia, sin grandes riesgos, de los cochabambinos con el coronavirus, pues salud y economía son tan complementarios como esenciales.