Día de la Dignidad del Adulto Mayor
Hoy se celebra el Día de la Dignidad de las Personas Adultas Mayores, como se denomina desde 2009 a esa jornada dedicada a los bolivianos de más de 60 años, y cuya fecha y nombre variaron desde 1948, cuando se la instituyó por decreto.
Si hace ya más de ocho décadas la atención que les debe la sociedad a las personas ancianas era motivo de preocupación para nuestros gobernantes, lo menos que podemos hacer ahora es seguir su ejemplo e insistir en la urgente necesidad de incorporar en uno de los lugares principales de la agenda pública nacional todo lo relativo a la protección de sus derechos.
Cuando se instauró la celebración de un día dedicado a ese segmento de la población, éste representaba una proporción menor de la actual, respecto del número total de habitantes del país. Hoy, más de 12 cada 100 bolivianos es mayor de 60 años.
Éste es uno de los grupos etarios que más rápidamente crece y ni el Estado, ni la sociedad, ni las familias, ni las personas individualmente están preparadas para hacer frente al enorme reto que eso significa. Un estudio de la ONU constata que “para 2050, en los países desarrollados la cantidad de personas de edad será el doble que la de niños, y en los países en desarrollo está previsto que se duplique el número total de personas mayores de 60 años. Esta tendencia tendrá consecuencias trascendentales tanto para los países como para los individuos”.
Muy consciente de la importancia de ese fenómeno, la ONU, a través de sus diferentes brazos operativos, ha exhortado a todos los países para que hagan algo al respecto según sus propias circunstancias. Ha propuesto, por ejemplo, que además del Día Internacional de las Personas de la Tercera Edad, que ha sido fijado el 1 de octubre de todos los años, cada país dedique una jornada al mismo tema, pero poniendo énfasis en sus circunstancias particulares.
Los informes de la ONU a través del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Fnuap) ubican a Bolivia como un país que a pesar de sus muchas limitaciones ha logrado mejores resultados que muchos otros, lo que en gran medida se debe a iniciativas como la vitalicia Renta Dignidad —creada en 1997 con el nombre de Bono Solidario— que sentaron las bases de una política de Estado que es ahora motivo de reconocimiento internacional.
Sin embargo, y a pesar de lo importantes que son los pasos dados, es todavía mucho lo que queda por hacer. Y, como lo hacen notar las organizaciones especializadas en el tema, no se trata sólo de políticas de Estado sino, y muy principalmente, de la actitud de toda la sociedad.