Alfombras mágicas
Las alfombras mágicas no sólo están para volar. Sirven, también, para barrer cosas debajo de ellas y que así no se las vea. Entre las últimas alfombras de este tipo, las peores son las conceptuales.
Así, a la creación del concepto fantasmático de lo “nacional popular”, le sucedió su conversión en alfombra ocultante.
Respecto de su carácter fantasmático, sus segmentaciones antojadizas, no hay nada como contemplar la ferviente masa de seguidores del “derechista” Manfred Reyes, también compuesta por gremiales y barriadas. Esta es tan nacional-popular como pueda serlo la masa que acude a los mítines proclamados por Evo —el fraudulento. ¿O al no ser una masa de masistas, una masa “de izquierda”, ya no se encuentra en ella, entonces, lo “nacional/popular”? ¿Ni por mucho que sea la misma gente, que incluso comparta los mismos barrios, preferentemente del sur? Y como lo ‘nacional/popular obviamente que no puede ser una sustancia que se pegue o no, aquí o allá, más valdría dejar de tomar el término en serio.
Me gusta el desparpajo, la ligereza y mayor inteligencia con que tratan la palabra o concepto de “cholo” en el Perú, donde hace un tiempo salió, por ejemplo, un libro de buenísimo título: El laberinto de la choledad. En la misma línea, eso de nacional/popular, en el fondo no pasa de ser una variante de “cholaje”. Pero, por supuesto, tiene mayor pedigrí y su conversión en alfombra mágica con que tapar la realidad está mucho más garantizada…
El autor es escritor
Columnas de JUAN CRISTÓBAL MAC LEAN E.