Comandante dos
Entre los 222 presos políticos nicaragüenses que la dictadura Ortega-Murillo envió al exilio el jueves 9 de febrero de 2023, está Dora María Téllez, una de las comandantes guerrilleras del sandinismo, también conocida como Comandante Dos. Tenía 22 años cuando participó en el asalto y captura del Palacio Nacional de Nicaragua junto a Edén Pastora, el Comandante Cero, exigiendo la libertad de los presos políticos. Ese fue el principio del fin de la dictadura de Somoza.
Conocí a Dora María Téllez en 1980 en Managua, en casa de Jaime Balcázar, en el barrio residencial de Las Colinas. Jaime era entonces representante de Naciones Unidas en Nicaragua, y apoyaba decididamente el proceso revolucionario que había ocupado el poder un año antes. Eran tiempos de entusiasmo y compromiso, y quienes no lo vivieron no pueden entender la diferencia que existe entre el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de 1979, y la cruel dictadura instaurada ahora por Daniel Ortega y Rosario Murillo, peores que la dinastía de Somoza.
Dora María (Matagalpa, 1955) es cinco años menor que yo, de manera que aquella noche en casa de Jaime Balcázar, ella tenía apenas 24 años y como era menuda y esbozaba una cara soñadora y melancólica, parecía una adolescente en uniforme de fatiga, con pistola al cinto y su escolta de seguridad afuera. No dudo que tuvo que escoger el uniforme más chico para que se ajustara a su cuerpo.
Aún en esa juventud algo tímida, me impresionó su determinación tanto como su sencillez y su sinceridad. No se me olvida una de sus frases, que cito de memoria, tal como la recuerdo: “Cada día me levanto y me miro en el espejo, y me sorprendo de seguir viva”.
Ahora, 43 años más tarde, expulsada de Nicaragua por la dictadura danielista (que nada tiene que ver con el sandinismo original) luego de 605 días de estar presa y aislada, dijo en entrevista con El País: “Cada día que no me ahorcaba era un triunfo sobre Ortega”.
Téllez integró durante la guerrilla una de las tres tendencias que buscaban el derrocamiento de la dictadura de Somoza. Pertenecía a la tendencia tercerista o insurreccional cuya Dirección Nacional estaba representada por tres comandantes: Daniel Ortega, Humberto Ortega y el mexicano Víctor Tirado López. Es una paradoja (o quizás no) que Daniel Ortega, de la misma tendencia, la haya perseguido con tanta crueldad. El hermano de Daniel, Humberto, uno de los empresarios más ricos de Costa Rica, está ahora enfrentado a la dictadura. En la tendencia Proletaria, estaban los comandantes Jaime Weelock, Luis Carrión y Carlos Núñez, y la tendencia de la Guerra Popular Prolongada, era dirigida por los comandantes: Bayardo Arce, Tomas Borge y Henry Ruiz.
Los nueve comandantes de las tres tendencias se unieron en la jefatura del FSLN como comandantes de la Revolución, y tuve oportunidad de conocer a casi todos durante el año que trabajé en Nicaragua (1980-1981). La vida da muchas vueltas, varios de ellos se enriquecieron con la “piñata” y revelaron su condición de malas personas y corruptos (Borge, Bayardo, Ortega), y otros se han mantenido firmes en sus convicciones y su honestidad, entre ellos Henry Ruiz, “Modesto”, con quien tengo el orgullo de haber trabajado cuando era ministro de Planificación.
De Dora María Téllez conservo las fotos que le tomé en la Plaza de la Revolución, el 23 de marzo de 1980, hace 43 años, el día del lanzamiento de la gran Campaña de Alfabetización. La foto la muestra pensativa y ojerosa, inclinada hacia adelante, apoyada sobre la baranda del podio improvisado para el acto, junto a otros comandantes guerrilleros. En su uniforme verde olivo y su gorra del Ejército Popular Sandinista (EPS) no lleva ni galones ni insignias, apenas su apellido sobre el bolsillo izquierdo, junto al corazón.
Columnas de ALFONSO GUMUCIO DAGRON