Litio: ¿otra oportunidad perdida?
La noticia sobre el hallazgo de un yacimiento de litio que sería el mayor del planeta, más grande que el boliviano, tendría que ser un estímulo poderoso para acelerar las acciones para convertir ese recurso en una fuente de ingresos para el Estado lo antes posible.
La semana pasada, un estudio científico confiable reveló que EEUU tiene las reservas más grandes de ese mineral: 40 millones de toneladas, casi el doble de los 21 millones de litio de los salares bolivianos.
Argentina cuenta con reservas de 20 millones de toneladas métricas y Chile con 11 millones. Esos países, además, llevan una ventaja de al menos 10 años sobre Bolivia, en la explotación de ese recurso clave para la movilidad de los vehículos eléctricos y el funcionamiento de dispositivos como los celulares y las computadoras portátiles.
De pronto, el litio deja de ser un mineral tan escaso y Bolivia ya no es el poseedor del mayor yacimiento del mundo, privilegio que ahora es de EEUU, un país del que no es necesario mencionar su poder económico y polític a escala planetaria.
En estas nuevas circunstancias, el Gobierno deberá pensar dos veces antes de volver a presumir del potencial boliviano y pretender que pasamos de la era de los hidrocarburos a la del litio. Eso es ahora aún más incierto pues, como mínimo, al existir mayor de esa sustancia los precios serán menores, y, en el peor, Bolivia puede quedar al margen del mercado mundial.
Ahora el Gobierno tendría quizás que reformular su política sobre este tema. Los expertos dicen que aún hay un margen de entre cinco y siete años para que EEUU pueda explotar sus reservas y para que Bolivia defina sus políticas sobre el litio. Todo dependerá de la velocidad con que este Gobierno o el que venga reaccionen ante la nueva situación.
En los últimos 10 años, los gobiernos del MAS destinaron cerca de mil millones de dólares para la industrialización del litio, sin resultados siginificativos.
Y las condiciones de los recientes “convenios” con Rusia y China, para explotar nuestros yacimientos son aún desconocidas.
En 2022 las exportaciones bolivianas de carbonato de litio y cloruro de potasio fueron de 34.100 toneladas, lo que representó un ingreso de 555 millones de bolivianos.
Es de esperarse que la noticia del hallazgo de nuevos yacimientos sirva para acelerar las acciones en cuanto a la producción de ese mineral, o sus derivados, y, sobre todo, que la actual administración del Estado amplíe su visión a todo lo que tiene que ver con la transición energética global y las nuevas fuentes de energía renovable.