Más encubrimiento
Los escándalos en torno a los casos de pederastia en la Iglesia católica no cesan. Una publicación reciente del diario El País de España reveló que, a pesar de conocer el aberrante caso de abuso sexual contra niñas indígenas de Bolivia, entre 1983 y 2002, por parte del jesuita Luis Roma, el Vaticano ordenó archivar el informe del religioso como “información clasificada” con el fin de encubrir el hecho delictivo.
Hace un año y tres meses, el mismo medio dio a conocer el diario del sacerdote Alfonso “Pica” Pedrajas, en el que relataba las atrocidades cometidas contra sus estudiantes, entre los años 70 y 80, que asistían al internado Juan XXIII. A partir de entonces, se supo que existía un encubrimiento continuo, año tras año, en distintas instancias, no sólo de las acciones de “Pica” y Luis Roma, sino también de otros cuatro jesuitas.
Esto ha permitido, lamentablemente, que se descubran más casos de víctimas, las cuales se han visto obligadas a conformar una Comunidad Boliviana de Sobrevivientes.
“No sólo sabían del caso de Lucho Roma y otros pederastas, sino que emitieron órdenes precisas para ocultar al pueblo boliviano y a la justicia los archivos de la investigación interna y el mismo diario del pederasta Roma. Solicitamos a la Fiscalía que estos dos sujetos sean convocados para declarar ante la justicia”, menciona un pronunciamiento de las víctimas.
El Ministerio Público abrió una investigación por este caso e imputó a los religiosos exprovinciales Marcos Recolons y Ramón Alaix por el delito de encubrimiento en uno de los casos abiertos contra Alfonso “Pica”
Pedrajas, pero sólo por encubrimiento, considerando que los principales acusados ya han fallecido sin ser sancionados por los delitos cometidos a lo largo de su estancia en Bolivia.
La Compañía de Jesús en Bolivia ha declarado en más de una ocasión que coadyuvará con las investigaciones y que denunciará los hechos que se presenten para que la justicia ordinaria actúe al respecto.
En junio del año pasado, el mismo papa Francisco expresó a Bolivia su “vergüenza y consternación” por las revelaciones de abusos sexuales cometidos por religiosos contra menores y expresó al presidente Luis Arce su deseo de trabajar con el Gobierno para aclarar lo sucedido.
Sin embargo, ha pasado un año desde entonces y, hasta la fecha, no se conoce, al menos públicamente, el trabajo conjunto entre ambos estados para la lucha contra estos casos de violencia sexual. Las víctimas han decidido ya no callar más y recordar ese pasado de terror que vivieron a manos de sus educadores religiosos, todo con el fin de buscar justicia en Bolivia y a nivel internacional, y una reparación “real”, aunque los principales denunciados ya no estén.