¿Dónde se tratará la basura?
Tras la firma de un contrato, Cochabamba ya cuenta con una empresa, el Complejo Industrial Verde, para que se haga cargo de la disposición final de los residuos sólidos que se generan en el municipio y que serán industrializados en una planta hast ael año 2049. Sin embargo, aún se desconoce dónde se tratarán, se separarán o trasformarán los desechos.
Se trata del contrato más largo, 25 años, y con mayor presupuesto, 1.300 millones de bolivianos, que el municipio realiza para un servicio. El contrato con la empresa Colina, que también tenía entre sus compromisos avanzar con la industrialización de residuos, mediante la producción de abono orgánico, derivados de los neumáticos y escombros, fue por 10 años, de 2014 a 2024.
Después de 10 años y la firma de un nuevo contrato queda pendiente dar el paso a la industrialización. Es de esperar que se haya realizado el Estudio Técnico, Económico, Social y Ambiental (TESA), para el emplazamiento de la infraestructura para la industrialización.
La exigencia de que se informe con transparencia sobre el sitio o los sitios donde se llevarán los residuos está relacionada con despejar dudas de que el contrato sea una improvisación o que un elemento tan esencial se esté dejando al azar.
La población cochabambina soporta, desde hace cinco años, los conflictos por la seguidilla de bloqueos del botadero de K’ara K’ara, que sume a la ciudad en toneladas de basura y olores insoportables.
Después de la experiencia con la empresa Colina, que en 10 años convirtió el botadero en un relleno sanitario, pero sin avances sustanciales en la industrialización, el municipio ya no puede perder más tiempo y enfrentar nuevamente un bloqueo de K’ara K’ara, que deje a la deriva a los usuarios que pagan mensualmente una tasa de aseo que se incluye en la factura de energía eléctrica.
La consolidación de un sitio para la disposición de los residuos y la industrialización es de vital importancia para dar señales claras de que el nuevo contrato es fruto de un trabajo de planificación serio.
A ello se suma que ya sea que se realice la disposición como la industrialización de residuos se requiere actuar con responsabilidad y contar con la licencia o manifiesto ambiental, pues nadie quiere que se repita la situación de K’ara K’ara.
A partir de este 21 de abril, la ciudadanía se enfrentará de nuevo a una amenaza del cierre del vertedero por el fallo del Tribunal Agroambiental, que dio ese plazo para su funcionamiento. En este sentido, se necesita certidumbre sobre cómo se planea encarar el manejo de la basura en los siguientes días y 25 años. Se comprende que el consorcio aún no quiera revelar el lugar donde se emplazará la planta para evitar más conflictos, pero si es que va a hacerse cargo durante más de dos décadas de los residuos de toda la ciudad, debe exponer a la población su planificación.