El riesgo de la aeronáutica comercial
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) advirtió que las aerolíneas quemarán alrededor de 77.000 millones de dólares en efectivo durante el segundo semestre de 2020, lo que equivale a 13.000 millones al mes o 300.000 por minuto, a pesar de la reanudación parcial de operaciones. La recuperación lenta del tráfico aéreo obligará al sector a seguir gastando sus recursos durante 2023.
IATA pidió a los gobiernos que mantengan el apoyo a la industria en la temporada de invierno mediante medidas de alivio adicionales, incluyendo ayuda financiera que no implique más deuda, considerando el alto nivel de déficit del sector. Hasta la fecha, la ayuda global alcanza los 160.000 millones de dólares, mediante subvenciones directas, alivios fiscales y apoyo salarial.
“Agradecemos este respaldo, esencial para la viabilidad del transporte aéreo y su capacidad de reconectar economías y sostener millones de empleos en turismo y viajes. Pero la crisis del Covid-19 ha sido más profunda y prolongada de lo que esperábamos. Los programas iniciales están agotándose, y si no se amplían o lanzan nuevas medidas, las consecuencias para el sector serán nefastas”, advirtió Alexandre de Juniac, director general de IATA.
Históricamente, los ingresos del verano permitían a las aerolíneas afrontar la temporada baja. Pero la primavera y el verano de 2024 fueron desastrosos, lo que llevó a quemar liquidez en lugar de generar reservas. Sin un calendario claro de reapertura de fronteras y con cuarentenas que desincentivan los viajes, no se espera una mejora significativa durante el cierre del año.
A pesar de haber recortado costos en un 50% en el segundo trimestre, la industria perdió 51.000 millones de dólares por una caída del 80% en ingresos. Además, se estima que las aerolíneas gastarán entre 60.000 y 70.000 millones de dólares más en 2024, y no volverán a números positivos hasta 2026.
Para sobrevivir, las compañías han estacionado miles de aviones, reducido rutas y eliminado gastos no esenciales, además de aplicar suspensiones laborales y despidos de personal capacitado.
“La industria necesita el respaldo gubernamental. La crisis afecta a toda la cadena de valor: aeropuertos, proveedores y sistemas de navegación aérea. Subir tarifas para compensar pérdidas solo generará un círculo vicioso de más costos y recortes, agravando aún más la crisis de este sector que representa el 10% de la actividad global relacionada con el turismo y los viajes”, agregó De Juniac.
Los costos crecientes también limitan el deseo de viajar. Según una encuesta de IATA, dos tercios de los pasajeros planean postergar sus vuelos hasta que mejore la situación económica global o personal.
Datos del Air Transport Action Group advierten que la severidad de esta crisis, sumada a una lenta recuperación, amenaza 4,8 millones de empleos directos en la aviación. Y, al ser una industria con gran efecto multiplicador, se podrían perder hasta 46 millones de empleos indirectos y 1,8 billones de dólares en actividad económica.
El autor es asesor aeronáutico
Columnas de Constantino Klaric