El bloque Brics: ¿un sueño posible o una apuesta riesgosa?
El mundo está cambiando de eje. Hasta hace poco, cuando se hablaba de poder global, la mirada se dirigía casi automáticamente hacia Estados Unidos y Europa. Sin embargo, en los últimos años, el bloque conocido como Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se ha consolidado como un actor cada vez más influyente en la política y la economía mundial.
Recientemente, con la ampliación que incorporó a Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos, los Brics representan nada menos que el 51% de la población mundial y cerca del 40% del PIB global. Ya no hablamos de un club de economías emergentes, hablamos de un bloque con un peso geopolítico capaz de inclinar la balanza internacional, al que Bolivia ha manifestado su interés de unirse, pasando de socio observador a posible miembro pleno.
Integrarse al bloque Brics podría ofrecer beneficios tangibles. Entre ellos, una mayor visibilidad internacional, acceso a nuevos mecanismos de financiamiento, como el Nuevo Banco de Desarrollo, y la posibilidad de fortalecer vínculos con potencias económicas clave, especialmente China e India, grandes consumidores de materias primas y energía.
No obstante, debemos considerar la asimetría de escala. Bolivia, con un PIB significativamente menor que los gigantes del bloque, corre el riesgo de quedar como un actor testimonial más que como un socio influyente. Además, la membresía en este tipo de organizaciones implica compromisos financieros y diplomáticos que requieren evaluación cuidadosa.
No basta con aparecer en la foto de los grandes; lo que importa es saber si esa foto nos ayuda a construir nuestro propio futuro. El bloque Brics ofrece un espacio de poder, sí, pero Bolivia debe preguntarse primero qué busca: ¿financiamiento, acceso a mercados, influencia política?
La decisión no es menor. Al final del día, lo que está en juego no es solo nuestra diplomacia, sino el bienestar de millones de bolivianos que esperan resultados concretos: empleos, estabilidad económica y oportunidades de desarrollo.
En conclusión, el bloque Brics se consolida como uno de los polos más importantes del siglo XXI. Bolivia, con toda razón, quiere formar parte de él. Pero antes de dar el salto, la pregunta clave es: ¿qué ganaríamos realmente al sentarnos en esa mesa?
El autor es economista
Columnas de PABLO AGUILAR ACHÁ