Bolivia se suma a los países con impuestos a las grandes fortunas
Con la aprobación del llamado impuesto a las grandes fortunas, anunciado por el presidente Luis Arce hace algunas semanas como parte de sus próximas medidas económicas, Bolivia se sumará a países como Argentina, Rusia y España, que están siguiendo esta corriente: de gravar la riqueza o los patrimonios más altos, con el argumento de amortizar los efectos de la pandemia de Covid-19.
Contrariamente a esta tendencia, muy pocos países de Europa que tenían el impuesto lo mantienen.
¿Cuál es el propósito y cuál va a ser el alcance de este nuevo impuesto en el país? El Gobierno de Arce hasta ahora sólo ha dado algunos datos: será anual, se cobrará a partir de 2021, alcanzará a unas 150 personas que poseen fortunas mayores a los 30 millones de bolivianos ($us 3,7 millones) y se prevé recaudar unos 100 millones de bolivianos ($us 12,5 millones).
Según el proyecto de ley a ser debatido en el Legislativo- difundido en las redes sociales y que no se confirmó si es el oficial, el impuesto se aplicará a la fortuna de las personas naturales que tengan en el país, residentes y no residentes, y hayan acumulado al 31 de diciembre de cada año.
La alícuota, de acuerdo a una escala progresiva, será de 1,4% para fortunas de 30 a 40 millones de bolivianos, de 1,9% para Bs 40 a 50 millones y de 2,4% para fortunas de Bs 50 millones para adelante.
Se aplicará sobre el valor neto de la fortuna acumulada por la personas (a la suma de bienes inmuebles, muebles, activos financieros, dinero y todo otro bien con valor económico). En caso de matrimonios, la base imponible para cada cónyuge estará constituida por el valor de la fortuna personal y el 50% del valor de la fortuna acumulada durante el matrimonio.
Lo recaudado por concepto de este impuesto “será destinado íntegramente al Tesoro General del Estado”, señala el proyecto.
Algunos sectores empresariales expresaron su preocupación ante al anuncio de la creación de este nuevo impuesto, existente en varios países, y el impacto que podría tener en las inversiones. Consideran que, en lugar de atraer capitales —que es lo que el país necesita en estos momentos para reactivarse—, el tributo ahuyentará las inversiones y limitará las reinversiones en el país.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Ibo Blazicevic, señaló en días pasados que muchos empresarios están preocupados, no porque no puedan pagar, sino que se suma a toda la carga fiscal que ya tienen todos los negocios.
Dijo que Bolivia ya tiene una de las más altas cargas fiscales a nivel Latinoamérica y ahora a eso se sumará un nuevo impuesto, por lo que resultará mas conveniente sacar el dinero afuera.
Para el presidente de la Cámara de Industria y Comercio (Cainco) de Santa Cruz, Fernando Hurtado, en lugar de crear nuevos impuestos y seguir cargando a algunos sectores, el Gobierno debería preocuparse de buscar incentivos para que ese gran sector de la economía que todavía es informal se formalice y así ampliar la base de contribuyentes.
Se excusó de emitir más criterios, porque por el momento sólo se tienen declaraciones, pero cuando se conozca el proyecto de ley, realizarán un análisis y les enviarán las observaciones que tengan a las autoridades. “Esperemos que, cuando se proponga la ley, se lo haga mirando la legislación comparada y mirando los casos de éxito de otros países”, apuntó Hurtado.
Varios países impulsan gravar las fortunas altas
El Congreso argentino aprobó el pasado viernes la denominada Ley de Aporte Solidario y Extraordinario de Grandes Fortunas después de largos debates y pese al rechazo de los empresarios. El nuevo impuesto a las grandes fortunas, que se aplicará por única vez, alcanzaría a más de 12 mil personas físicas que declararon un patrimonio superior a 200 millones de pesos ($us 2,5 millones). El objetivo es recaudar 300 mil millones de pesos para pagar suministros médicos y financiar la ayuda estatal por la pandemia.
El mes pasado, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó una ley para aumentar los impuestos a los ingresos más altos, que modifica por primera vez la tasa única impositiva de la que ese país se enorgullecía.
A partir de 2021, el tipo impositivo aumentará del 13 al 15 por ciento para los ingresos superiores a 5 millones de rublos anuales ($us 65.900).
En España, el oficialismo impulsa aumentar la alícuota del impuesto a las grandes fortunas, de 2,5 a 3,5 por ciento sobre 10 millones de euros, en 2021. En Italia, parte del Partido Democrático impulsa alícuotas desde 4 a 8 por ciento sobre patrimonios de 80 mil euros.
En América, la oposición brasileña impulsa una alícuota del 2,5 por ciento sobre patrimonios a partir de los 50 millones de reales. Y en Chile, también la oposición alienta una alícuota del 2,5 por ciento desde 22 millones de dólares.
En tanto, en Estados Unidos el presidente electo Joe Biden propuso una alícuota del 1,5 por ciento a empresas con ganancias superiores a los 100 millones de dólares que no pagan impuestos federales.
No es el momento y no está claro el objetivo
Consultados varios expertos sobre el nuevo impuesto, coinciden en que no es el mejor momento, Bolivia es pobre hasta en ricos, no están claros los objetivos —si son ideológicos o recaudadores—, no se sabe a qué se destinará lo recaudado, además advierten que el resultado puede ser menor al efecto negativo.
El gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, señala que no es una buena señal de Bolivia ante el mundo, más aún en estos momentos que necesita con urgencia captar inversiones. El año pasado, hubo $us 237 millones de inversión extranjera directa neta negativa y este año, el primer trimestre, es de $us 190 millones, es decir que hay fuga de capitales, no hay confianza en el país.