“Si la libertad de expresión es precaria, la democracia es precaria”
Un Gobierno no puede usar la pauta publicitaria pública como premio para los medios que repiten el discurso del poder y como castigo para otros que son independientes. Y tampoco usar el poder del Estado y los recursos de la hacienda pública para presionar a los medios de comunicación en función de sus líneas informativas… Todo esto atenta contra el derecho a la libertad de expresión, como expresa el sistema interamericano de protección de los derechos humanos.
El experto en derecho a la libertad de expresión y en derechos humanos Joan Barata ratifica, en Estocolmo, donde asiste a un seminario sobre libertad de expresión, estos conceptos en una entrevista con Los Tiempos, que ha denunciado una estrategia de asfixia financiera y presión política en su contra.
—En Bolivia, el Gobierno usa la pauta publicitaria pública como premio para los medios afines al MAS y como castigo a los medios independientes…
—Es un problema que existe en diversas partes del mundo, no solamente en América Latina. Hay casos en África, en España y en otros países europeos. Es cierto que los poderes públicos tienen el derecho a comunicar, a contar e incluso a informar. El problema es que hay que regular esa comunicación correctamente, no puede utilizarse para transmitir mensajes políticos o partidistas, especialmente cerca de las elecciones o para la apología de la tarea hecha por un determinado Gobierno y eso hay que establecerlo claramente por ley.
Después hay otra cuestión, en cuanto al modo como se contratan las campañas de estas características. Tendría que existir transparencia, un equilibrio, una objetividad y una no discriminación a la hora de adjudicar las distintas campañas, de tal modo que no pueda hacerse un uso arbitrario, discrecional, al decir “yo le doy a este medio, no le doy a este otro medio” ya sea como mecanismo final de castigo indirecto a determinado tipo de medios o inclusive como herramienta indirecta para dar fondos a medios de comunicación a los que queremos favorecer.
—Tomando en cuenta la perspectiva legal, ¿cuáles son los criterios para que la pauta no sea un premio o un castigo?
—Creo que se debe garantizar, como mínimo, que desde el punto de vista de la posibilidad todos los medios de comunicación puedan acceder a la misma, en función, evidentemente, de su tamaño y de su impacto; por tanto, habría ahí que aplicar un principio básico de proporcionalidad, es decir, los medios más grandes, que tienen un mayor alcance, pueden tener acceso a un mayor grado de contratación, más que los medios pequeños; pero básicamente hay que establecer una regla de proporcionalidad e insisto: no abrir la puerta a la posibilidad de excluir a alguien, que todo medio de comunicación que quiera entrar en esa dinámica, o como mínimo pueda aplicar a esa posibilidad a partir de un procedimiento que se resuelva de manera transparente y objetiva.
—El uso de la pauta y de medios indirectos del Estado, según el principio 13 de la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión, acaba lesionando el derecho a la libertad de expresión, ¿es esto evidente?
—Es una lesión al derecho a la libertad de expresión porque, primero, puedes suponer que determinados medios de comunicación se encuentran en una posición de inferioridad en el mercado frente a otros; finalmente, porque repercute en su propia subsistencia y afecta a la libertad de expresión desde el punto de vista del ciudadano y su derecho a recibir información de una diversidad de medios de comunicación que actúan de una forma estrictamente profesional, ahí se deforma también esa perspectiva de la libertad de expresión.
—¿Y cómo afecta a la democracia?
—Cualquier cosa que afecte a la libertad de expresión directamente afecta a la democracia, hay una conexión muy íntima entre el derecho a la libertad de expresión, que no tiene solamente una dimensión individual sino también una dimensión colectiva; hay una conexión muy directa: sin libertad de expresión no hay democracia. Y si se afecta la libertad de expresión o si la libertad de expresión es precaria la democracia es precaria, eso es automático, no hay probabilidades, es puramente automático.
Los Gobiernos autoritarios y la pauta
—¿Son los Gobiernos que usan la pauta como premio o castigo más autoritarios?
—Sin duda que sí. Cuando estuve en República Dominicana, me contaron que el presidente Joaquín Balaguer, que venía de la tradición más autoritaria, tenía tendencia a hacer ese tipo de anuncios y el eslogan era “Esto lo hizo Balaguer”. Queda claro, entonces, ese modo de publicitarse y de ganar autoridad y legitimidad en regímenes que tienen carencias democráticas.
—En Bolivia, vemos que el MAS ha premiado a medios afines, convertidos en caja de resonancia del poder, mientras que a otros les ha cortado la pauta…
—Es un fin completamente incompatible con los principios a los cuales me he referido antes, es una vulneración desde el punto de vista del Estado a la hora de facilitar un espacio de los medios de comunicación que sea abierto, plural, diverso y en el que todos los medios de comunicación tengan las mismas oportunidades de acceder a la información, de acceder a fuentes gubernamentales.