EL SATÉLITE DE LA LUNA
Si me preguntaran qué pruebas de la resurrección de Jesucristo existen, sólo se me ocurrirían tres y ninguna de ellas contundente si se la aísla de la fe: la tumba vacía, las apariciones del Resucitado y una especie de “principio antrópico” (la expansión y subsistencia de la Iglesia cristiana durante 2 mil años, a pesar de ella misma). De esas tres, la tumba vacía puede tener explicaciones no necesariamente sobrenaturales, mientras que las apariciones, narradas tardíamente, tienen un fin que va más allá de “demostrar” la resurrección.
Envejecer conlleva la pérdida gradual e irreversible de algunas capacidades físicas, empezando por la audición. Sin ser una enfermedad, el proceso de la progresiva sordera es particularmente molestoso por sus efectos en las relaciones sociales, mucho más que otras facultades que se degradan con la edad. Ni qué decir cuando la sordera se manifiesta a temprana edad o cuando una buena audición es parte de las herramientas de trabajo, como en el caso de los músicos.
Bolivia es finalmente miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur) en medio del escepticismo de los entendidos en comercio exterior. Y no es para menos. Ingresamos a una zona de libre comercio como enanos en un partido de la NBA. Para muestra un botón: nuestros indicadores macroeconómicos (PIB anual y per cápita, IDH, Deuda y Déficit como porcentaje del PIB) compiten con Venezuela por situarse a la cola de los seis países. En suma, los términos de intercambio comercial no nos son favorables casi en nada.
Encuentro grandes ambigüedades en el concepto de “daño económico al Estado” (DEE), que en términos generales es la afectación al patrimonio del Estado por parte de funcionarios y autoridades, pero que se ha vuelto motivo de persecución política.
El título es el mismo de una famosa canción italiana de los años 70 y pinta de cuerpo entero una reciente entrevista que el presidente interino de YPFB, Armin Dorgathen Tapia (ADT), ha concedido a Brújula Digital, medio que la publicó resumida el 18 de enero.
A raíz de las polémicas suscitadas por la declaración Fiducia supplicans (Confianza suplicante) emitida por la Congregación por la Doctrina de la Fe y rubricada por el papa Francisco, me he leído las nueve páginas de esa declaración que trata sobre el significado y alcance de las bendiciones en el seno de la Iglesia católica.
El 18 de abril de 1906 un terremoto de magnitud 7,8 sacudió la ciudad de San Francisco, EEUU, provocando muertes, devastaciones, pillajes e incendios de las precarias viviendas de madera de esa ciudad. Durante semanas, debido al caos y los incendios que neutralizaron las grandes cajas fuertes, los bancos de la ciudad permanecieron cerrados. Todos menos uno, el Bank of Italy, propiedad de Amadeo Pietro (AP) Giannini, hijo de inmigrantes italianos que por entonces tenía 36 años.
La Navidad es sinónimo de paz y fraternidad, pero hoy se me ocurre hablar de la guerra, motivado por mi participación en el foro sobre “El derecho de la guerra”, organizado por la UMSA.
Las guerras no deberían existir, pero existen. Y existen porque el más fuerte quiere imponer su voluntad sobre el más débil, con el fin de apropiarse de los recursos del otro o de expandir su territorio o de reivindicar derechos históricos o, frecuentemente, para salir del paso de problemas internos.
Acaba de presentarse el informe de la prueba PISA 2022 que mide las destrezas de los estudiantes de secundaria en tres áreas: matemáticas, lectura y ciencias. Participaron en esa medición 690 mil estudiantes de 80 países de los cinco continentes. En Latinoamérica se autoexcluyeron Bolivia, Ecuador y Venezuela.
Sin entrar en los detalles del diseño de la prueba, me limitaré a comentar algunos resultados generales.