LA ESPADA EN LA PALABRA
Vi en TikTok un video que el economista Jaime Dunn publicó, donde trata de explicar que “todos (los bolivianos) somos liberales y no lo sabemos”, acertó con el que ya otros liberales bolivianos han tratado de captar la atención pública y persuadir al futuro electorado de 2025. En este texto me permitiré hacer una breve crítica en torno a esa idea.
Hace unos días, Putin aprobó una norma que permite a Rusia una respuesta nuclear en caso de agresión con armas convencionales a su país o a Bielorrusia, y países nórdicos como Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca han publicado guías con instrucciones a la ciudadanía para protegerse en caso de una guerra de gran escala.
En uno de sus mejores trabajos (Antipolítica y neopopulismo), el injustamente olvidado politólogo y filósofo boliviano René Antonio Mayorga reflexionó sobre un problema casi eterno de la política latinoamericana y boliviana: el populismo. Muchas de las críticas del libro, que más bien se refieren a las realidades del Brasil y el Perú, resultan una especie de profecía si tomamos en cuenta lo que sucede hoy en Bolivia.
Bolivia recordará —y digo intencionalmente recordará en vez de celebrará— doscientos años como Estado independiente del yugo español en 2025, y lo más probable es que el bicentenario la encuentre en un ambiente electoral de rivalidades y enconos, si no de protestas, enfrentamientos y marchas callejeras.
L
a crisis de los ecosistemas no es el único problema que enfrentamos como humanidad. Está también, por ejemplo, la amenaza de una guerra de gran escala, de la cual hablaré en este breve texto.