
BUSCANDO LA VERDAD
El título de esta columna podría parecer llamativo, por decir lo menos, al no saber quién lo dijo, por qué y dónde se lo dijo. Así le parezca extraño, tan profunda invocación al Supremo Creador correspondió a Klaus Frerking Adad, Presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), quien, interpretando el sentir de su sector, inició y concluyó de esa manera un Foro que reunió a más de 500 dirigentes, productores y representantes de la sociedad civil.
Tremendo revuelo causó en el país el titular de una noticia originada en un medio de prensa internacional, indicando que Bolivia estaba bajo vigilancia por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ante el riesgo de hambruna. Dado lo alarmante del anuncio, la nota corrió como un reguero de pólvora en los periódicos, televisión, radios y redes sociales, dando lugar a preocupaciones y críticas, así como a un rápido desmentido por parte del gobierno.
La reciente trifulca arancelaria entre las dos primeras potencias económicas mundiales –Estados Unidos de América y la República Popular China– no podía pasar desapercibida, definitivamente, no solo por su severo impacto sobre el comercio internacional, sino también por las lecciones aprendidas que deberían asimilarse, en materia de comercio y diplomacia, más allá de la ideología, muy especialmente, si, tras las difíciles negociaciones entre estos países, diferenciados entre capitalismo y comunismo, pudieron llegar a un acuerdo para seguir comerciando entre sí.
¿Se ha puesto a pensar qué pasaría, si de un día para otro, Bolivia se inundara con millonadas de dólares? Lo más probable es que, al percibir el mercado una presencia sostenida de la divisa y las expectativas cambien apuntando a que la situación del país mejore, la gente optaría por vender sus dólares pensando que su precio bajará, porque la economía no es solo “numerología”, es “psicología”, también, y las expectativas juegan a favor o en contra dependiendo de la confianza (gobierno, políticas, economía, moneda).
Ahora que todo el mundo habla de los problemas que aquejan al país y sus posibles soluciones, se me ocurrió reflotar el documento Decálogo de temas críticos para la economía boliviana, que el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) lanzó en 2007 planteando al Gobierno acciones concretas para hacer del comercio exterior un instrumento para el desarrollo. Transcurridos dieciocho años, veamos lo acontecido.
Uno de los mayores fenómenos de los tiempos que nos ha tocado vivir tiene que ver con el vertiginoso avance de la Tecnología de la Información y Comunicación (TIC), que revolucionó al mundo, provocando profundos cambios disruptivos ante la posibilidad de utilizar información digital.
Si los malos políticos y aquellos que siempre tienen un problema para cada solución, con su desaprensiva actitud, lo que querían era que suba el dólar y haya más inflación en el país, han logrado su cometido a costa de que sufran los más pobres, los desposeídos.
¿Sabía usted que, así haga el hombre su mayor esfuerzo para lograr algo, se prepare de la mejor forma para conseguir alguna cosa o adquiera el mayor conocimiento, hasta pasar por erudito, si Dios dice “no”, nada de eso se dará? Por el contrario ¿sabía que pese a que una persona sea débil, pobre e ignorante, si a Dios le place que surja, así será? ¿Sabía que Dios siempre tiene la última palabra?
Entre las grandes virtudes del ser humano, cuenta el poder compartir su saber con bondad; confrontar ideas con benignidad; esgrimir argumentos con paciencia; instruir con amor; educar con gozo; discutir conservando la paz; infundir fe a la hora de hablar y enseñar con la humildad de los grandes, sin perder la calma frente a quienes, por soberbia intelectual o arrogancia, oyen, pero no escuchan razones.
Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, sentenció una vez: “La ceguera biológica impide ver, la ceguera ideológica impide pensar”.
Debra Hevia, Encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos de América en Bolivia (EEUU), a tiempo de justificar la imposición de un arancel del 10% a las importaciones de productos bolivianos en su país, con la Orden Ejecutiva adoptada por el presidente Donald Trump para la generalidad de países en el mundo, dio una luz de esperanza al anunciar que existe una apertura de su gobierno para dialogar y buscar el menor impacto para Bolivia.