Lo bueno del informe presidencial
Cuando el presidente Luis Arce dio su informe de primer año de gestión, honestamente, yo estaba preparado para escuchar un discurso sesgado y muy político, pero jamás pensé que fuese un informe tan pobre. Intelectualmente deshonesto, el presidente se abocó a repetir palabras como “golpista”, “derecha”, “incapaz”, etc. que vaciaron de contenido su mensaje. Lo interesante es que, a pesar de todo esto, el informe tuvo algo bueno que quiero rescatar.
Obsesionado con el gobierno que le precedió, el presidente hizo referencia al de Áñez innumerables veces y no dudó en lanzar la frase más llamativa de todo su discurso “las recetas neoliberales de libre mercado no funcionó” (así, sin concordancia de número entre sujeto y verbo) seguida por: “con la medida de cierres de fronteras ralentizaron la importación de bienes”, ambas en alusión a las políticas de la anterior administración.
Está claro que para el presidente quien no esté a la izquierda de Stalin es un derechista, y por eso no duda en etiquetar como neoliberal (palabrita que da para todo) al gobierno de Áñez. Pero afirmar que durante los 11 meses de esa administración se aplicaron recetas de libre mercado muestra su tremenda confusión o desconocimiento respecto de ese tema.
Recordemos que durante gran parte del Gobierno de transición se interrumpió el libre comercio cerrando fronteras, imponiendo cuarentenas, y confinando a todos en sus casas. Obviamente que la intención era disminuir el número de contagios y ganar tiempo para entender mejor a la Covid-19. Juzgar estas políticas como buenas o malas no es la idea de este artículo, pero sí quiero dejar en claro que desde el instante en que el gobierno impone esas restricciones, el libre comercio deja de existir.
Obligar a los propietarios de inmuebles a disminuir el alquiler, pagar bonos, suprimir el pago de intereses por deudas, obligar a los empleadores a seguir pagando a sus trabajadores confinados… ¿en serio le parece a Arce que todo eso es libre mercado?
Se podrá argumentar que las medidas eran necesarias en un momento tan atípico, pero ese no es el punto, lo que sí es importante resaltar es que las políticas que desincentivan o prohíben la libre actividad privada tienen consecuencias nefastas para la economía, ante estas leyes no hay nada que se pueda hacer salvo aprenderlas.
Entonces, Arce no miente cuando afirma que las políticas del gobierno anterior (incluye las leyes aprobadas por el Parlamento masista) contrajeron la economía y es muy buena señal que el presidente se dé cuenta de ello (fue lo mejor de todo el discurso); pero miente de forma descarada al afirmar que éstas son de libre mercado; de hecho, estas políticas van en la dirección contraria, pues es justamente más capitalismo, resumido como propiedad privada y libre mercado, lo que nos hace falta para salir de la pobreza.
Por supuesto que podría ahondar en los sinsentidos del discurso, como atribuir a su gobierno el aumento de las remesas del exterior, o la peligrosa idea de la sustitución de importaciones; pero prefiero resaltar lo bueno del mensaje.
El autor es profesor de economía en la Jiaotong-Liverpool University, China
Columnas de CASTO MARTÍN MONTERO KUSCEVIC