Ríos Contaminados
Los ríos de Bolivia están contaminados. Mercurio, plomo, cadmio y otros metales pesados están presentes en los afluentes de varias regiones del país, lo que genera problemas en los habitantes de los pueblos indígenas, pero también en la producción de los alimentos de la zona.
Los metales son tóxicos y quienes viven en las zonas aledañas a minas auríferas están viendo su salud complicada por la exposición a este tipo de elementos. De acuerdo a información publicada por el diario El País, los pueblos indígenas esse ejja, lecos, mosetenes, chimanes, tacanas y los uchupiamonas, que viven desde hace siglos en la Amazonía boliviana, están amenazados a causa de la contaminación por mercurio, especialmente en los ríos Beni y Madre de Dios —en los departamentos de La Paz, Pando y Beni—, de donde sacan los peces que son la base de la dieta alimenticia de las comunidades amazónicas.
Preocupados, los pueblos indígenas adheridos a la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap), pidieron ayuda al Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib) para saber qué estaba pasando.
La organización hizo 350 exámenes de cabello a miembros de diversas comunidades que arrojaron en promedio la presencia de siete partes por millón (ppm) de mercurio, siete veces más de lo saludable, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero no solo se identificó la presencia de mercurio en las personas, también se reveló que los indígenas presentan pérdida de memoria, temblor en las manos y problemas sensoriales, sobre todo quienes registran una elevada contaminación por mercurio. En el caso de los niños hay dificultad de aprendizaje, además las mujeres tienen complicaciones durante los embarazos. Esta problemática se da por la extracción minera de oro, que en algunos casos se está incrementando de manera ilegal.
Los investigadores alertaron que la contaminación se reporta en todas las comunidades de la cuenca del Amazonas. Estas conviven con mineros cooperativistas que utilizan mercurio para separar y extraer el oro de las rocas o piedras de los ríos. Después de utilizarlo, los mineros lo tiran a los ríos y contaminan a los peces. No respetan las normas locales que los obliga a reciclar este metal tóxico.
“Lo que ya se ha identificado con evidencia científica es el impacto que tiene el mercurio sobre los peces en los ríos de la Cuenca de la Amazonía boliviana. El minero bota el mercurio al río hasta que eso llega a las personas a través de los pescados que consumen”, afirmó Oscar Campanini, director del Cedib e investigador en temas de medioambiente, agua, extractivismo y derechos humanos.
A mayor explotación, más mercurio
El boom de la extracción de oro generó también más demanda de mercurio. Para producir una tonelada de oro, se emplean entre tres y cuatro toneladas de este metal tóxico. Los mineros lo obtienen en las ciudades de La Paz y El Alto, donde se almacena y comercializa sin una regulación clara y exponiendo a la contaminación a los más de dos millones de habitantes que hay en ambas urbes.
De la Amazonia al sur
Los ríos que atraviesan Bolivia, pero que también llegan a otros países también están afectados por el uso del mercurio. Así, el Pilcomayo es otro de los ríos que tiene altos niveles de este metal, pero también de plomo.
La Secretaría de Desarrollo Productivo de la Gobernación de Tarija y el Servicio Departamental de Salud (Sedes) presentó los resultados de los análisis de laboratorio realizados a muestras de sábalos del río Pilcomayo. Se detectó un grado de contaminación de plomo y mercurio en los peces, que no es recomendable para el consumo en población bajo riesgo.
El secretario de la división, Efraín Rivera, aseguró que los afluentes y las aguas que llegan al Pilcomayo desde Potosí están contaminados por todos los materiales pesados, minerales, desechos tóxicos que evacúa la actividad minera. Esta situación fue denunciada a Fedecomin cuando hubo la rotura del dique de colas en la zona de Agua Dulce.
“Los grandes problemas que hemos tenido nosotros en el Pilcomayo y que lo venimos denunciando desde el año pasado es el problema de contaminación y, por eso, nosotros permanentemente hemos estado haciendo el monitoreo, el seguimiento, la evaluación del río en la parte que corresponde a Bolivia y al departamento de Tarija”, señaló el secretario.
La contaminación en esta parte del país afecta a la triple frontera por donde atraviesa este río, lo que causa problemas en Argentina y Paraguay, donde las autoridades conocen de los niveles de toxicidad.
El crecimiento de la minería está causando la contaminación de los ríos en varias regiones. Algunos alimentos no pueden ser consumidos y también afecta a los habitantes que viven de la pesca, usan el agua contaminada y están condenados a vivir con estos metales tóxicos.
Importador de mercurio
“La importación de mercurio se realiza en recipientes de 44 kilogramos, pero comercializarlos en botellas pequeñas de un kilo significa que se vuelve a envasar una porción significativa y, si esta actividad no se realiza de forma adecuada, la zona donde se comercializa se transforma en zona de alto riesgo de contaminación”, sostuvo Oscar Campanini, director del Cedib.
En 2015, Bolivia importó 151,5 toneladas de mercurio mientras que un año después alcanzó la cifra récord de 238,3 toneladas. En 2020, importó 165,2 toneladas, superando a países como India (113 toneladas) o Emiratos Árabes Unidos (104), convirtiéndose en uno de los principales importadores del mundo, según un comunicado del Viceministerio de Comercio Interior. Sus principales proveedores son Rusia y México.
Intoxicación por arsénico en Poopó
En los análisis realizados en sangre y orina se detectó concentraciones de metales pesados, como arsénico, cadmio y plomo, que superan los estándares internacionales.
Un análisis de laboratorio en sangre y orina, realizado a comunarios del Ayllu San Agustín de Puñaca de Oruro, confirmó la intoxicación por arsénico en el 100% de las muestras, de cadmio en el 10% y de plomo en el 5%.
El 7 de septiembre, en coordinación con el Centro de Salud Poopó, el Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (Cenda) y el Laboratorio CETOX de Perú, se tomaron muestras biológicas de 20 hombres y mujeres, de entre 43 y 74 años de edad, de las comunidades de Puñaca y Yuracari. Para las pruebas se utilizaron parámetros internacionales, ya que Bolivia no cuenta con una norma que establezca los valores de referencia para la concentración de metales pesados en el cuerpo.
Los resultados son alarmantes. De las 20 personas que formaron parte de los estudios, el 100% presenta concentraciones de arsénico que oscilan entre 17,6 y 215,64 µg/L (microgramo por litro). Dichos valores son superiores al límite permitido por la Unión Europea (UE), que es de 15 µg/L. Tres presentan concentraciones que superan 10 a 15 veces el valor referencial. En el caso de los resultados para plomo, cuatro personas presentaron niveles detectables en sangre, 7,20 µg/L; una de ellas supera los niveles referenciales de la UE, que son de 5 µg/L. Asimismo, se detectó a dos que presentan niveles detectables de cadmio en el organismo, una duplica el valor referencial de 1 µg/L.
La Organización Mundial de la Salud clasifica al arsénico y al cadmio como cancerígenos y al plomo como posible cancerígeno. Estos elementos cuentan con un alto grado de efectos de toxicidad que varían desde náuseas y vómitos, hasta diversos tipos de cáncer. En el caso del arsénico la exposición crónica puede causar la muerte.