Pobladores que residen en comunidades mineras de San Agustín de Puñaca, en Oruro; y de Cantumarca, en Potosí, denunciaron que la contaminación minera afectó la tierra, agua y aire de la zona. Según estudios, en los pobladores se identificó la presencia de arsénico, cadmio y plomo en la sangre, lo que les provocó problemas de salud.