Colocan un implante auditivo en el tronco cerebral de un bebé
38 implantes de tronco cerebralse han implantado hasta hoy en el mundo, pero sólo se han efectuado en pacientes de 12 años, y nunca de tan corta edad.
Carmen nació sorda, sin los nervios que hacen llegar al cerebro los estímulos sonoros del exterior. Un fallo en el desarrollo embrionario la condenaba a vivir en un mundo silencioso. Ni los audífonos más sofisticados ni los implantes cocleares, que resuelven algunas sorderas congénitas, le eran útiles. Pero la pequeña Carmen ha experimentado sus primeras sensaciones auditivas y con poco más de un año empieza a vocalizar sus primeras sílabas.
Los sonidos y el ruido ya forman parte de su mundo, gracias a un sistema auditivo colocado en el tronco cerebral que le ha implantado un equipo de otorrinos y neurocirujanos de la Clínica Universitaria de Navarra.
La operación, realizada el pasado octubre en España, fue dirigida por el otorrinolaringólogo Manuel Manrique y el neurocirujano Bartolomé Bejarano. La colocación, directamente sobre la zona donde se procesan las señales acústicas, ha sorteado la ausencia de nervios auditivos. Es la primera vez que se realiza una intervención de estas características en una paciente tan joven.
La detección del problema y el tratamiento tan precoz serán claves en su aprendizaje. Podría aprender a hablar casi al mismo ritmo que otros niños sin problemas de audición. "El ser humano tarda cinco años en establecer un lenguaje correcto, su código de comunicación. Y eso es lo que esperamos que le ocurra a nuestra paciente", dijo el otorrinolaringólogo Manuel Manrique.
Sistema externo
Además de los implantes, el sistema con el que la pequeña puede oír incluye otro equipo externo con micrófono y procesador de señales sonoras, al igual que los implantes cocleares. El sonido llega al micrófono, el procesador lo codifica en impulsos eléctricos, después una bobina se encarga de enviar las señales al receptor interno, los electrodos transmiten la señal a los núcleos cocleares hasta llegar, al fin, al cerebro, donde se interpretan las señales como si fueran sonidos.
Tras el trabajo de los cirujanos, a Carmen y a sus médicos les queda la parte más larga y complicada del tratamiento. El sistema se debe ir ajustando poco a poco.
"El ajuste en niños de tan corta edad es muy complicado porque no pueden facilitarnos una información clara de sus percepciones", señaló Manrique.
Paso a paso
- La delicada cirugía se realizó en octubre pasado.
- Al encéfalo se llegó a través de un pequeño orificio en el cráneo de 3 centímetros de diámetro.
- El implante, una placa con 22 electrodos, se colocó directamente sobre los núcleos cocleares, la zona donde los nervios auditivos hubieran transmitido la señal acústica.
- En el quirófano se realizaron pruebas de estimulación de cada uno de los electrodos para buscar la mejor localización y comprobar la respuesta auditiva.
- De los 22 electrodos se logró estimular entre 15 y 18, "unos resultados muy buenos si se tiene en cuenta que la media en este tipo de operaciones se sitúa en diez, sin efectos colaterales", explicó Manuel Manrique.
- Durante la cirugía también se colocó, oculto bajo la piel de la cabeza, un receptor-emisor conectado al dispositivo de electrodos. Con este receptor la pequeña capta el sonido de otro dispositivo situado en el exterior de su cabeza, encargado de transmitir el sonido por ondas de radiofrecuencia.
Sonríe cuando se conecta
Los estímulos auditivos llegan al cerebro de Carmen como si fuera un recién nacido. Su lenguaje está en pleno desarrollo. No es capaz de pronunciar una frase ni entender una conversación, aunque sea sencilla. Pero recibe y produce sonidos. Habrá que esperar años hasta saber si el desarrollo es igual que el de un niño "normal".
De momento Carmen está feliz con el nuevo artilugio que le acompaña cada día. "Sus padres me han dicho que cuando se despierta por la mañana lo solicita. Está más alegre y sonriente cuando está conectado".