Universidad Quechua Unibol logra sortear la baja conectividad y avanza en educación virtual
Con el incremento de casos de COVID-19 en el país, las clases regulares, de manera presencial, no tienen aún fecha definida para su retorno, lo que ha llevado a que la educación virtual se presente como una solución que, salvando los escollos que se presentan por la falta deficiente conectividad.
Es el caso de Unibol Quechua “Casimiro Huanca” que, durante la cuarentena, tuvo que reinventarse e implementar un proceso de enseñanza aprendizaje virtual, en base a las actuales condiciones en el país y en el marco de las características sociales, culturales, económicas y de la residencia de sus estudiantes.
El vicerrector Edgar Flores Cota explicó que para lograr la participación de todos los estudiantes se realizó un mapeo y segmentación de acuerdo a sus contextos socioculturales para el desarrollo de las actividades académicas, lo que les dio la pauta para decidir qué herramientas tecnológicas debían usar. Al primer momento de la evaluación se reportó un grado de participación de los estudiantes de 94 por ciento en el sistema semestralizado y de 87 por ciento en el sistema anualizado en el primer bimestre.
El rector Hugo Guzmán Gutiérrez dijo que la implementación de la educación virtual universitaria en la Unibol se ha caracterizado por ser un proceso dinámico, sujeto a una continua evaluación del avance, con la finalidad de mejorar aquellos procesos que no estén aportando a la formación profesional con excelencia académica, que es el objetivo esencial de esa universidad.
Según explican, sólo por la educación virtual pudieron llegar a todos sus estudiantes que se encuentran en todo el país. “En mi caso, voy avanzando en la redacción de mi tesis, mediante la utilización de aplicaciones como Zoom y Classroom para enviar y recibir documentos digitales”, dice Germana Choquevillca Mamani, del 10 semestre de la carrera de Ingeniería en Acuicultura, desde la comunidad Huanuhuanuni, municipio Independencia, en Cochabamba.
María Sonia Gómez, de 9no semestre de Carrera de Forestal, del municipio de Vinto, nos comenta, que una de las ventajas que tiene el plan de la Universidad es que, a pesar de la cuarentena, están logrando aprender y otro beneficio es que la educación virtual llega a la mayoría de las comunidades y permite que el estudiante complemente las actividades cotidianas con el aprendizaje. La estudiante reconoce que una de las desventajas es que deben hacer un gasto adicional en la compra de tarjetas con crédito.
Mariela Cazón, estudiante de Ingeniería Forestal de 9no semestre, usando aplicaciones como zoom, Classroom, desde Tupiza, menciona, que las ventajas que podemos ver, es que permite ahorrar tiempo, porque uno mismo puede administrar su tiempo y pasar clases en cualquier momento y lugar, pero tropezamos con el tema de la cobertura y acceso a la compra de tarjetas, ya que vienen de comunidades alejadas donde no llega mucho.
Por su parte, Elizabeth Aguilar Condori, estudiante de primer año de Ingeniería en Transformación de Alimentos, indica que la ventaja del nuevo sistema es que le permite pasar clases en la noche y poder realizar sus actividades productivas en el día, integrando las prácticas según los requerimientos de su asignatura.
Soledad Mamani, de campo Víbora, Yapacani, desde su experiencia señala que las herramientas que usa para la educación virtual son las siguientes: Zoom: es una herramienta que usamos para las conferencias por videollamada, donde tenemos una sección para conectarnos. “El docente crea la reunión y da la clase, los estudiantes podemos activar el audio para realizar preguntas o contar experiencias. Classroom: nos sirve porque es donde el docente administra las asignaturas, envía los contenidos en documentos o PDF, también da tareas y deja preguntas para que los estudiantes puedan verlos las 24 horas del día, igual realizar algunos comentarios y todo se queda guardado. Formularios Google nos sirve para el llenado de trabajos, WhatsApp para la comunicación con los docentes.
Cristina Mamani Choque, de segundo año, de la carrera de Transformación de alimentos, desde la comunidad de Libichuku, de Oruro, señala que el hecho de que la Universidad haya apostado por el modelo de educación virtual, ha permitido que ellos puedan aprender, sin perjuicio de ningún tipo, como otras universidades que lastimosamente no están, pasando clases.
Para lidiar con el problema de la conectividad y nivelar los avances académicos, la universidad quechua optó primero por un proceso de análisis diagnóstico de la conectividad de sus estudiantes, segmentándolos en tres grupos: Conexión Plena, conexión intermitente y conexión deficiente o nula, lo que supuso el diseño de una Plan de Enseñanza Aprendizaje segmentado para cada estudiante, con estrategias innovadoras que además se fortalecieron de las potencialidades territoriales de cada estudiante a la hora de plantear prácticas, así los estudiantes no están pegados a un computador o a su celular las 24 horas del día.
Según el ingeniero Edwin Edgar Iquize Villca, docente de Diseños Experimentales, esta nueva metodología implicó la aplicación de estrategias innovadoras. En la asignatura de Diseños Experimentales en las carreras de Ingeniería Agronomía, Forestal, Industria de Alimentos y Acuicultura, la actividad académica virtual se desarrolló considerando primero la segmentación en base a la conexión de los estudiantes, con la finalidad de que en el desarrollo académico puedan realizar un trabajo práctico, que consiste en una investigación de corta duración con el objeto de que apliquen una herramienta de diseños experimentales, aprovechando sus potencialidades territoriales, lo que ha permitido que generen datos, para ser analizados y reportados en un artículo técnico. Logrando así recabar información de las comunidades de origen de los estudiantes.
Para el docente investigador de la Universidad, Ananias Facio Morales, lo que respecta a la educación virtual, es importante generar estrategias de acompañamiento en el desarrollo académico en sus territorios, generar actividades pertinentes que profundicen en la investigación comunitaria de su contexto, relacionar contenidos teóricos al territorio del estudiante, que las actividades no sean consideradas como tareas sino procesos de aprendizaje y profundización de la temática. “Los docentes debemos multiplicar los esfuerzos en el seguimiento cercano y la diversificación de las metodologías en el proceso académico para garantizar el desarrollo adecuado del contenido y el nivel de comprensión por parte del estudiante”, dijo.