Templo de San Ildefonso se construyó piedra por piedra
El santuario de la Virgen de Urkupiña, el templo de San Ildefonso, tiene un origen e historia tan fascinantes como el milagro de la aparición y devoción a la imagen en el cerro de Cota.
El templo de San Ildefonso celebró en 2008 cien años de su reconstrucción, pero su origen es mucho más antiguo, cuando se instituyó el Curato de San Ildefonso de Quillacollo, entre 1585 y 1600, dando origen a poblaciones coloniales que en ese entonces celebraban la fiesta patronal de la Virgen de la Asunción.
La existencia del Curato de San Ildefonso esta mencionada en un documento de trámite eclesiástico de 1760, en La Plata (Charcas) en el que se menciona que “los gastos de la fiesta del 15 de Agosto” que realizaba ese curato, excedían “los dos mil pesos o más...”
Se encuentran antecedentes sobre el templo antiguo en una narración de Francisco de Viedma, en su informe al Virrey de Buenos Aires, Nicolás Arredondo, el año 1788, en el que señala: “En uno de sus frentes está la iglesia: es de adobes y cubierta de tejas; su capacidad regular y medianamente adornada, pero de poca consistencia por los malos cimientos”.
Después, se tiene el dato de que en 1848 un voraz incendio consumió todo y en 1855, según un informe del presbítero Eduardo Caballero, “el resto del iglesia se ha desatado (demolido) bajo la inspección de la Junta Municipal, mientras el suscrito se hallaba en el congreso del año 1848, y los miembros de ella deben responder por los materiales de la demolición del templo”.
Actas de la municipalidad de Quillacollo, refieren a la construcción de las torres el 8 de noviembre de 1895 en presencia de “vecinos notables del pueblo”, y una vez perforado el suelo en la profundidad de tres metros, “se procedió a la colocar y bendecir solamente la primera piedra de la torre que construye la Junta Municipal, por su cuenta, para alojar el reloj público y para que sirva de campanario al Templo de la Parroquia”.
En 1906, la Junta autorizó la reconstrucción del templo que en 1848 quedó destruido, y en mayo de 1908 el párroco Fructuoso Mencía colocó la primera piedra, pero la idea de reconstrucción varió completamente y se emprendió una obra nueva “de reminiscencia renacentista y fachada ecléctica”, materializada en 1922 con el actual templo.
La obra se construyó con el apoyo de los pobladores quienes trasladaron piedra por piedra, desde canteras distantes, para levantar los muros gigantescos y los pilares de las tres naves principales.
Según testimonios de los pobladores, el párroco convocó al pueblo para ayudar a trasladar piedras desde el cerro de Cota y todos fueron hasta el cerro, llevando sus bestias y carretas, incluso la imagen de la Virgen que también cargo una piedra en un aguayo amarrado en su espalda.
Quedó sin concluir la ornamentación interior y exterior hasta 1943, cuando el párroco Francisco Cano Galvarro impulsó la conclusión definitiva, más la construcción de la Cripta del Santo Sepulcro. En 1947, 14 de agosto, se consagró solemnemente el templo y se puso al servicio de la feligresía “en medio de la algarabía y recogimiento espiritual.
SEPA MÁS
Santuario de la Virgen de Urkupiña
El 8 de diciembre de 1998, mediante Decreto Arzobispal 1998/091, el Templo de San Ildefonso fue declarado Santuario de la Virgen María de Urkupiña.
Monumento y Patrimonio Nacional
El templo de San Ildefonso es declarado, por Ley 1347, de 15 de septiembre de 1992, como Monumento y Patrimonio Nacional.