Vendedor de capuchinos vuelve a casa triste por poca venta en la cuarentena
“Me preocupa qué vamos a comer, con qué nos vamos a mantener”, expresó con preocupación Zacarías Hinojosa, de 47 años, quien después de tres semanas de cumplir con la cuarentena del coronavirus en su casa decidió salir a vender capuchinos en su carrito.
Contó que salió como antes lo hacía cada mañana para ganarse algunas monedas y comprar alimento para su familia. Sin embargo, mientras retornaba a pie desde el mercado La Cancha hasta su casa, en K’ara K’ara en el extremo de la ciudad, la tristeza invadía su rostro al contar que no tuvo mucho éxito en su venta.
Antes de la cuarentena, Zacarías y su esposa, ganaban de 300 a 400 bolivianos en el mejor de los casos vendiendo café y tenían para alimentar a sus cuatro hijos; pero, ahora la preocupación de Zacarías es no tener dinero para sustentar a su familia en medio de la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus.
Como él muchas otras personas, que viven al día, se sienten impotentes al percibir que el dinero que tenían se está acabando y que no pueden salir a realizar sus labores diarias, porque también peligra su salud y la de su familia.