El templo de San Ildefonso, un testigo de la fe, que ya necesita una refacción
El templo San Ildefonso, en Quillacollo, ha sido testigo por más de un siglo de la fe de los devotos por la Virgen de Urkupiña. Sin embargo, el Colegio de Arquitectos de este municipio insiste en que la edificación requiere de una intervención por el deterioro de sus muros
El valor de la iglesia no sólo se centra en la edificación, sino en el trabajo de cada uno de los fieles que a diario solían trasladar piedras, arena y otros materiales para la construcción desde Sapenco y otras zonas para levantar la emblemática infraestructura, según el libro Historia de un milagro.
Fue construido entre 1908 y 1947 y la campaña fue impulsada por el sacerdote Fructuoso Mencia, quien recorría diferentes pueblos, cargado de la imagen Virgen de Urkupiña, para pedir la colaboración de los fieles y así concluir la construcción del templo.
Sin embargo, varias décadas después de la culminación, la edificación no tuvo ninguna intervención más, excepto el pintado de su fachada. El sector lateral izquierdo, al este, es el más deteriorado: corre el riesgo de colapsar y urge su intervención. El muro se deteriora y las próximas lluvias podrían provocar más daños, porque existen falencias en el desagüe pluvial y hay fisuras en la fachada este.
El fundador del Colegio de Arquitectos de Quillacollo, Renato Soliz, explicó que el templo se convirtió en un patrimonio para el municipio y para el departamento al resguardar a la Virgen de Urkupiña y al ser visitado por miles de fieles cada año.
No obstante, requiere una intervención porque desde hace 70 años no se tiene el dato de ningún trabajo de preservación o conservación.
Un equipo del Colegio de Arquitectos trabajó desde 2020 en la maqueta virtual y el anteproyecto para mejorar la estética, que fue presentado al santuario para que se considere. El trabajo no debe realizarlo cualquier obrero, sino que requiere de especialistas.
El responsable de comunicación del santuario de Urkupiña, Juan Carlos Molina, informó que recibieron el proyecto, pero los recursos que demanda son elevados y ni la misma iglesia podría generarlos por sí sola. Adelantó que realizan los trámites para que el Ministerio de Culturas también intervenga.
Soliz explicó que la gestión debe ir por escalas: primero, a la Alcaldía; luego, a la Gobernación, y finalmente, al Ministerio de Culturas.
El expresidente del Colegio de Arquitectos de Quillacollo Iván Coca dijo que antes la pintura lo protegía, pero ahora está más expuesto al sol, el ambiente y las inclemencias del tiempo.
“Ya estamos pidiendo esto desde principios de año. Existen insumos y la Ley 1347 que autoriza a los gobiernos municipales a solicitar al Gobierno nacional para que se gestionen recursos”, señaló.
Se prevé que en los próximos días se realice, nuevamente, una inspección con especialistas y también se conforme el Comité Pro Restauración del templo que fue declarado Patrimonio Monumento Nacional en 1992.
El templo tiene la capacidad de acoger a 300 personas en las bancas y más de un centenar de pie. Durante estas festividades el flujo es mayor.