¿Conoces el ritual del Martes de Ch’alla? Es un regalo a la Madre Tierra
El Martes de Ch’alla es el pilar central del Carnaval, una tradición que va más allá del simple agradecimiento a la Pachamama. ¿Qué lo caracteriza, qué elementos componen la mesa ritual de la q’oa y cómo se realiza este ritual?
Una comerciante de mesas rituales, Romy Alvarado, proviene de una larga línea de curanderos en su familia. Explicó que la q’oa es un regalo a la Madre Tierra. “Es una forma de asegurarnos su protección y buena voluntad”, comentó.
Indicó que hay tres momentos clave en el año para ofrecer la ofrenda: en agosto, mes de la Pachamama; el 30 de noviembre, por San Andrés, y en Carnaval. Los primeros viernes de cada mes se realiza una mesa más enfocada en los negocios, observó.
¿Qué diferencia a la q’oa del Martes de Ch’alla? “Hay una energía más positiva y la población pide en un momento de alegría y reciprocidad”, dijo Ubaldo Romero, coordinador regional valles del Ministerio de Culturas.
Elementos
La mesa de la q’oa se compone de varios elementos, cada uno con un significado específico dependiendo del propósito del cliente, señaló Sandra Huayta, otra comerciante de La Pampa.
Se incluye la hierba de q’oa, la grasa de llama —dado que es considerada un animal sagrado—, el sullu o feto, 12 misterios y dulces personalizados según las peticiones de los creyentes. Alvarado agrega retamas, romero, copal, quinua y lenteja a las mesas preparadas para atraer prosperidad o alejar la envidia.
Se utilizan también frutas, como manzanas para la armonía, uvas para los deseos, además de clavo de olor, azúcar y canela para la abundancia, añadió Huayta. En regiones como el valle se añaden pétalos, mencionó Romero.
¿Cómo ch’allar?
El proceso es un ritual espiritual y de fe, subrayan las comerciantes. Se inicia con la preparación del carbón, seguido de la ofrenda de la q’oa, normalmente a medio día. Huayta recomienda sujetarla y transmitirle nuestra energía. Luego se acompaña con una bebida dorada, simbolizando la limpieza, indicó Alvarado.
La ch’alla se realiza en las esquinas —contrario al reloj— con vino o singani. Se recomienda también compartir un plato y bebida con la familia “mientras la Pachamama recibe la ofrenda”. Tras consumirse, recomiendan enterrar la q’oa en una maceta o en el jardín, manteniendo así la suerte. A través de este ritual, se perpetúa un legado de reciprocidad y respeto hacia la Pachamama.