La RAE apuesta por abrir sus puertas a más mujeres
Madrid | Efe
La conmemoración del tricentenario de la Real Academia Española (RAE) recordará, inevitablemente, “la injusticia” que significó en su momento la tardía incorporación de la mujer a la RAE, pero también reflejará la tendencia actual de contar con las mujeres, cuya presencia debe ser “cada vez más significativa”.
“Estoy completamente seguro de que habrá más mujeres en la Academia, porque es lo natural, lo normal, y porque en el mundo de la creación literaria y de otras disciplinas hay muchísimas que tendrían su sitio en esta institución”, afirma Darío Villanueva en la entrevista que concedió a Efe para hablar del tercer centenario de la RAE, que se celebrará de septiembre de 2013 a octubre de 2014.
Si el pasado martes Efe informaba de las numerosas iniciativas que hay programadas para recordar esta importante efemérides, entre ellas una gran exposición y la publicación de una nueva edición del Diccionario, hoy lo hace sobre una de las demandas sociales menos atendidas por la corporación durante demasiado tiempo: la admisión de mujeres.
“El diagnóstico de lo que pasó es obvio y tiene nombres concretos y episodios poco airosos”, señala Villanueva, secretario de la RAE, antes de recordar algunos de esos episodios que con todo lujo de detalles cuenta también Alonso Zamora Vicente en su historia de la Real Academia Española, una obra que se reeditará con ocasión del tercer centenario.
Aparte del caso excepcional de María Isidra de Guzmán, admitida como académica honoraria en 1784, el primer intento serio lo protagonizó a mediados del siglo XIX Gertrudis Gómez de Avellaneda, que fue “la primera escritora que se presentó ella misma para ser académica”.
Por aquella época los académicos no proponían candidatos sino que era el propio interesado quien lo hacía.
La escritora de origen cubano era muy respetada en los círculos literarios cuando intentó entrar en la Academia, y lo planteó en una petición serena, comedida y respetuosa.