Olivos: fruta envasada y vegetales pelados listos para su mesa
Sin mucha ciencia ni complicaciones, pero siguiendo estrictas normas de sanidad y calidad, la familia Baltazar & Soto le facilita la vida a sus clientes gracias al empaquetado y picado diario de frutas y verduras de la temporada.
Dedicados al rubro frutícola desde hace más de 20 años, comenzaron hace tres a analizar cómo podían sumar valor agregado a la gran variedad de exquisita fruta que se cultiva y vende en Bolivia, pero al no contar con el dinero suficiente para montar una planta procesadora y envasadora, la alternativa fue pelar, picar y empaquetar algunas variedades, a manera de prueba.
“Vimos que la gente cada vez tiene menos tiempo para sentarse a pelar y picar los frutos y vegetales, porque los días del público se han complicado con tantas actividades. Elaboramos la imagen de la empresa y empezamos a repartir el producto en algunos supermercados”, cuenta Saúl Baltazar Soto, cabeza del negocio.
Arrancaron con “picaditos de papaya y piña”, luego agregaron ensalada de frutas. Hoy empacan una extensa variedad y planean expandir su negocio sumando una división de zumos naturales a mediano plazo, además de adquirir un horno deshidratador para preparar frutos secos y repartirlos a nivel nacional.
Al no emplear conservantes, explica Baltazar Soto, una de sus dificultades es mantener los paquetes frescos, pues duran sólo un día; si no se venden, deben recogerlos para mantener el nivel y calidad que se han propuesto.
“Es un negocio que tiene buena rentabilidad cuando la fruta o la verdura están en su temporada, sino los precios varían y es difícil explicarlo a los clientes”, asevera.
Su meta a corto plazo es seguir sumando nuevos productos y agrandar su lugar de trabajo.
Así empiezan
Su trabajo comienza a las 3:30 de la madrugada, cuando se abre la puerta de la pequeña planta establecida en la zona de Alalay. Trabaja toda la familia, con apoyo de tres operarios contratados que ayudan en algunas de las actividades del proceso.
El emprendedor cuenta que compran la fruta en distintos mercados campesinos, otras veces en el Chapare. Luego proceden al lavarlo con citroquil, un producto que desinfecta el agua y las cáscaras; posteriormente, las secan y las dejan en las mesas de trabajo listas para ser peladas y envasadas manualmente muy temprano en la madrugada.
“Les sacamos las pepas, las fibrosidades, y comenzamos a cortarlas de manera muy pareja para colocarlas en las bandejas y sellarlas con papel plástico”, cuenta Baltazar Soto.
Jamás faltan las cuchillas afiladas, buena ventilación, cofias, barbijos, guantes y sus llamativos uniformes verdes.
El proceso empieza un día antes, eligiendo el producto, lavándolo y secándolo para en la madrugada envasarlo.
OBJETIVOS
Zumos en sachets y envases desechables. Analizan las ventajas de los diferentes envases para lanzar zumos frescos al mercado. Paralelamente, estudian el tiempo de conservación de cada producto para continuar con su línea natural, sin preservantes ni colorantes.
Frutos deshidratados y expansión nacional. El siguiente paso es envasar frutos secos de distinta variedad gracias a la adquisición de un horno deshidratador. Asimismo, agrandar sus instalaciones para poder trabajar con mayor número de personas y productos.
DATOS
Pulpas frescas. Naranja, mandarina, pomelo, mango, papaya, piña, tuna, sandía, frutilla, uva y otras por temporada.
Otros productos. Picado mixto de frutas, aceitunas, hualili, palta y vegetales enteros o picados.