La naturaleza de la política
Ignacio Vera Rada
Muchos pensadores han dicho que la política se hace desde el poder, o que incluso es el poder mismo. La política no puede ser el poder, sino que está a un mismo tiempo dentro y fuera de él.
Creo que la concepción que propone Ortega, que establece que la política es el arte de los resultados, es insuficiente. Yo más bien creo que es el arte de las decisiones.
Si tomásemos como política solamente la expresión de un resultado, tendríamos que evaluar teóricamente sólo los efectos visibles e invisibles de una previa ejecución práctica o teórica.
Pero lo cierto es que muchas veces la esterilidad de una cosa, vista desde cierto ángulo no tan objetivo sino un tanto volitivo, espiritual o fisiognómico, ya se hace política por el hecho de haber trascendido aunque sea en un plano poco observable o cuantificable.
Y por otra parte, muchas veces los actores que no están en un plano de poder muy elevado (las corporaciones, por ejemplo) son partícipes decisorios de un hecho político. Ciertamente cuando una intención o acción queda en la esterilidad, muere la cualidad política y, desde este punto de visa, la política sí es el arte de los resultados.
Sin embargo, cualquier decisión sabiamente tomada y hábilmente ejecutada, tendrá que tener resultado, y esta definición antecede filosóficamente a la propuesta por Ortega. Por tanto, la política parte de las decisiones y no de los resultados.
El poder desde luego es el más importante factor de la política, pero para mí la cuestión también debería estribar en las corporaciones que están fuera del poder. Los niveles micro deben ser tomados en cuenta, ya que dependen de ellos muchos elementos históricos que a veces son imperceptibles cuando son buscados solamente en los círculos de decisión gubernamental.
Licenciado en Ciencias Políticas
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