Por motivos de salud
Tuve que migrar por motivos de salud. Me vine a Italia, donde vive mi familia paterna. Hasta ahora tengo la impresión de estar en una película de ciencia ficción. Estas son las principales diferencias que encontré entre su sistema de salud público y el nuestro:
- Han reducido el plantel administrativo usando tecnología digital para gastar menos recursos en burocracia y destinarlos a aumentar personal médico y equipos. Por ejemplo, el sistema de reserva de horarios es digitalizado y centralizado, de modo que menos secretarias se hagan cargo de organizar la agenda. Se toma en cuenta el tipo de situación médica para priorizar las consultas, haciendo que los tiempos de espera estén efectivamente relacionados con la condición médica.
- Cada área cuenta con varios médicos por especialidad, además de los primarios. El objetivo es garantizar que haya tiempo de calidad con el paciente. Mi médico, en la primera visita, se tomó casi una hora entre preguntas, revisión de mi historia clínica, una exploración visual y luego táctil de mi cuerpo completo.
- El tipo de tratamiento en el caso de enfermedades graves no es estandarizado, en cambio sí lo es el protocolo. Se busca dar una atención particular al paciente tomando en cuenta varios bioindicadores, de modo que, por ejemplo, no hay un medicamento general usado para el cáncer sino medicamentos desarrollados para ciertos tipos específicos de mutaciones celulares, haciendo que haya un mejor pronóstico y menos efectos secundarios.
- Hay una gran cercanía entre el sistema de salud y los centros de investigación. Esto es sumamente importante, ya que buscan desarrollar una propia tecnología diagnóstica y de tratamiento; así que, si una máquina tiene un problema por una falla, se pueden hacer reparaciones o cambios de repuestos sin necesidad de esperar meses a que lleguen piezas del exterior después de una licitación.
- El paciente tiene derecho a acceder a su información clínica. El sistema estatal registra los resultados diagnósticos en una base de datos centralizada accesible desde cualquier computador del sistema; y se entrega una copia de la documentación al paciente. No solo: se le entrega también un cd en caso de que se trate de un diagnóstico por imagen, de modo que pueda buscar otro médico en caso de querer una segunda opinión.
Este es el punto: no es un asunto de tecnología. No se trata de tener la mejor máquina o el último tomógrafo: se trata de administrar con eficiencia, con pequeñas transformaciones que tienen un alto impacto en el paciente y evitando la burocracia.
Sé que tuve suerte para acceder a este sistema; pero ya es hora de que nuestra atención no sea cuestión de suerte: es urgente una reforma del sistema de salud.
La autora es escritora.
Columnas de CECILIA DE MARCHI MOYANO