Estado plurinacional
El concepto de Estado plurinacional no lo inventó el MAS ni gobierno alguno, dejen de ser obtusos y mal informados.
El Estado plurinacional es un concepto de las ciencias políticas que se refiere a que en un mismo Estado cohabitan múltiples naciones, en el entendido de que una nación es un conjunto de personas que comparten cultura, lengua, historia y, principalmente, una identidad común que los distinguiría de otros grupos. Así, desde la teoría política, la idea de un Estado plurinacional es materializar la convivencia social armónica, tolerante y solidaria en territorios en los que residen colectivos étnica y culturalmente distintos, evitando que la diversidad se traduzca en intentos de eliminar o subyugar al otro.
Es por ello que, a partir de varios paradigmas de las ciencias políticas, se recomienda que en aquellos Estados étnica y culturalmente diversos se adopte el diseño institucional de un Estado plurinacional que, por cierto, no es nada de otro mundo, ya que ese asunto se discutió y discute en Ecuador, Perú, Chile, España y Rusia.
En Bolivia, la demanda del reconocimiento de los grupos étnicos en base a la plurinacionalidad vino de los pueblos indígenas de tierras bajas, es decir, de los excluidos de los excluidos. Los que soportaron la esclavitud y genocidio de la Colonia, luego la esclavitud y genocidio de la llamada república y, más de paso, el andinocentrismo absorbente y mandón de quienes se atribuyen la voz de lo indígena en el país.
Hace 30 años, los pueblos indígenas de tierras bajas se movilizaron en la emblemática marcha por el Territorio y la Dignidad, demandando el reconocimiento de su cultura y territorio en el marco de una coexistencia pacífica en un mismo Estado. En años posteriores, esa demanda fue recogida por los movimientos campesinos e indígenas que, por lo menos al inicio, conformaron los gobiernos del MAS.
La tragedia es que a pesar de promulgar una nueva Constitución que dio origen al Estado plurinacional boliviano y de perorata hueca en su nombre, fue el mismo MAS quien se encargó de echar tierra al sueño de llevar adelante, coherentemente, un Estado plurinacional.
Para que se consagre la convivencia pacífica de la diversidad, un Estado plurinacional requiere de descentralización política profunda (de ahí la importancia de las autonomías en el diseño institucional del Estado plurinacional) y los gobiernos del MAS deben estar entre los más centralistas de la historia. En su avidez caudillista, despótica, usurera y acaparadora, no sólo pisotearon derechos de los pueblos indígenas al avasallar sus territorios en casos escandalosos como los Tipnis, Tariquía, Madidi, etc., sino que cuando no expresaban sus fines partidarios, boicotearon el proceso de implementación de autonomías indígenas. Ni qué hablar del afán cooptador de gobernaciones y gobiernos municipales “autónomos” que manejados por el MAS respondieron a la lógica más vertical del partidismo centralista, militarista y caudillista.
De esa manera se sepultó al Estado plurinacional bajo un manto de linda retórica y simbolismos vacíos, pero en la práctica política tangible Bolivia siguió con sus embates de Estado centralista, monocultural, desarrollista y avasallador de las diferencias.
Lo terrible es que tan poco se hizo por la construcción de un Estado plurinacional real, sólido e inclusivo que hoy retrocedimos décadas, casi como si no hubiera pasado viento alguno de cambio en este país: Nos desangramos entre bandos partidarios que se disputan la tradicional conducción centralista y arbitraria del Estado, la desigualdad estructural continúa vivita y coleando y no faltan los que pretenden retornar a una señorial y gamonal Bolivia en la que el desconocimiento, abuso y exclusión eran la “solución” para encarar a un país que es diverso por donde se lo mire.
La autora es socióloga
Columnas de ROCÍO ESTREMADOIRO RIOJA