La justicia tarda, pero llega
Y la mentira tiene piernas cortas. Rezan dos viejos adagios populares. Las conclusiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han puesto al desnudo la patraña montada aquel cruento y sanguinario 16 de abril de 2009 . Ese día, los socialistas del siglo XXI festejaron una supuesta victoria de desarticulación de una célula terrorista internacional.
El escenario para esos crímenes de lesa humanidad fue el hotel Las Américas. Allí, por orden directa del cocalero Evo Morales y secundado por el fascista García Linera y su hermano Raúl, en complicidad con el comando de la Policía, acribillaron extrajudicialmente a Michael Dwyer, Eduardo Rózsa y Arpad Magyarosi, mientras estaban dormidos. Otros dos, Mario Tadic y Elōd Tóásó lograron sobrevivir. Lo grave en todo esto es que no hubo participación de la fiscalía, como es y sería norma.
En aquel momento Bolivia entera sabía que se trataba de un crimen. Los acribillados eran extranjeros que fueron acusados sin prueba alguna de pretender dividir Bolivia y atentar contra la vida del cocalero. Aquellos que lograron sobrevivir sufrieron lo indecible durante 13 años. Al final, el número de imputados llegó a 39, muchos de ellos activistas y empresarios de Santa Cruz de la Sierra.
Ahora el veredicto de la CIDH es claro y recomienda al Estado boliviano enjuiciar penalmente a los autores de tan horrendo crimen y abuso. La recomendación tiene carácter vinculante y, de no cumplirse, el caso pasará a La Corte Interamericana de Derechos Humanos, que tiene toda la potestad de enjuiciar al Estado boliviano, por incumplimiento, encubrimiento y complicidad.
El día del juicio para los autores se acerca y el Estado debe asumir la recomendación de la comisión de la CIDH. El tema en cuestión es muy delicado: hubo asesinatos y violación de derechos humanos. Evo Morales, Álvaro García Linera y todos los responsables deben ser llevados ante los tribunales. Esos pensaron que eran omnipotentes y olvidaron que la vida es como un restaurante, del que nadie se va sin pagar factura.
Por todo lo expuesto, el cocalero cobarde y fugitivo, quien ahora está en tanga, no tiene moral para hablar de un supuesto plan negro, que el gobierno de su propio partido estaría urdiendo en contra suya. El plan negro y macabro, del cual él es el responsable directo, fue ejecutado el 16 de abril de 2009, cuando seres humanos fueron acribillados a sangre fría.
El hecho ya está en la CIDH. Si no se sienta un precedente aleccionador, entonces no hay que descartar que las familias de los acribillados y/o los gobiernos de Irlanda, Croacia y Hungría demanden a los criminales ante la Corte Penal Internacional de La Haya. De una u otra manera, esos ladinos tienen que sentir el peso de la ley, por todo el daño causado durante 14 años.
Columnas de RUBÉN CAMACHO GUZMÁN