Para la Resistencia Juvenil Cochala
Como en el fútbol, los héroes de ayer son los olvidados de hoy. O como en la guerra, los soldados que defendieron la patria y la libertad ayer, pasan penurias hoy, ante la indiferencia de su pueblo. ¡Joder!
Cochabamba no mira la historia con honestidad y lleva al olvido algo tan terrorífico como la persecución judicial contra unos jóvenes de la RJC, que defendieron su región de verdaderas hordas delictivas abanderando la guerra civil y buscando confrontación para justificar el retorno del cobarde Evo Morales, que escapó del país y no pudo sostener un minuto su slogan pro cubano de “patria o muerte”.
Nadie en Cochabamba quiere hablar de la RJC para no incomodar a los jefes de coyuntura: están ciegos, sordos y mudos el Alcalde, cívicos, empresarios, curas, defensores de derechos humanos, profesionales y una lista interminable de puro cobardes y sinvergüenzas.
Genera malestar hablar de la RJC porque hay miedo de dar demasiado valor a jóvenes que cuidaban a los cochabambinos, a los que mostraban la cara y ofrecieron el pecho a “las balas” mientras otros vacacionaban en sus casas en tiempos de crisis.
En el caso de Manfred, es mejor callar por razones políticas y personales que afectarían su estabilidad y pacto con el MAS arcista.
La RJC fue diversa, a veces complementaria a las que se armaban en los barrios, y dejaron huellas heroicas, pusieron al servicio de la ciudad sus bienes, vidas y libertad.
No tengo la dicha de conocer a Yassir Molina y los hermanos Fabio y Mario Bascopé, los héroes olvidados y desde este espacio, les hago llegar mi grito de apoyo, contra la dictadura del silencio.
Escuché decir: “Cuídate de los que sólo ven desorden en el ruido y paz en el silencio” y cómo se ajusta esta frase a este momento histórico.
Columnas de Fernando Flores Zambrana