La guerra de aranceles y las oportunidades para América Latina con China
El mundo no asiste impávido, sí indignado. Creían que el presidente Trump era "el chico malo", pero no que iba a ir “exhibiendo al mundo un sadismo descarado”, según Butler, 2025. A más de que el presidente Trump se pone en su propio país por encima del derecho constitucional, del equilibrio de poderes, mantiene en vilo el orden mundial, socavando las reglas del libre comercio orientadas al mercado con un fuerte impacto en la globalización económica.
La política estadounidense siempre se caracterizó por la experticia y la diplomacia, estuvo en manos de hombres y mujeres formados para el orden internacional equilibrado. Uno de los más destacados fue Henry Kissinger. Un diplomático que se las sabía todas y un lector atento del mundo por venir.
Es una enconada guerra comercial y un proteccionismo secante propiciada por el gobierno actual de EEUU contra uno de sus socios económicos y comerciales más poderosos en el comercio de bienes, que es China.
Las respuestas de los países a la imposición del 2 de abril de 2025 de “aranceles recíprocos” determinados así por Donald Trump no se han dejado esperar. Las posiciones más firmes han sido de China y México. China ha manejado el tema con mesura, sentido político y búsqueda de alianzas y México con diplomacia y sutileza.
Sin embargo, Donald Trump, teme a los mercados, a las bolsas de valores, a la sensible tasa de interés de la deuda del tesoro de EEUU ha explicado Enrique Dussel Peters del Cechimex de la UNAM. La deuda de EEUU equivale al 123% de su producto interno bruto. El 25% de la deuda de EEUU está en manos de extranjeros, Japón y China, respectivamente. El 75% de la deuda son tenedores domésticos.
De hecho, el 9 de abril la Oficina de Información del Consejo de Estado de China ha publicado un “Libro Blanco” al respecto, donde se aclara la postura china sobre las relaciones económicas y comerciales con EEUU. El documento con datos recientes, sustenta la importancia del comercio complementario entre China y EEUU, centrándose en sus fortalezas comparativas y en los equilibrios de los beneficios económicos y comerciales obtenidos por ambos países.
Como bien lo ha señalado Xi Jinping, presidente de la República Popular China “La guerra comercial y la guerra arancelaria no producirán ningún ganador y el proteccionismo no llevará a ninguna parte”.
Cierto es que, el plan de EEUU de bajar los aranceles a países de América Latina para que éstos no hagan acuerdos con China, no ha provocado el efecto esperado. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China a través de Lin Jian ha manifestado que “La cooperación de China con América Latina se basa en el “respeto mutuo, la igualdad y el beneficio recíproco. El saqueo de EEUU, dejó a América Latina con las venas abiertas”.
En este orden de cosas, América Latina tiene una oportunidad única de reforzar los lazos económicos con China haciéndose eco de las palabras del presidente Xi Jinping en la inauguración de la Cuarta Reunión Ministerial del Foro China-Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) del 13 de mayo de 2025. El presidente Jinping ha mencionado, que el año pasado el volumen comercial entre China y la región superó por primera vez los 500 mil millones de dólares, cifra que es más de 40 veces la del comienzo del siglo presente.
También, ha sido importante, el énfasis al programa de desarrollo de China con ALC en áreas estratégicas como infraestructura, energía alimentos, minería, además en áreas emergentes, energías limpias, economía digital e inteligencia artificial y un programa de asociación científico-tecnológica.
En el nuevo mapa del mercado mundial, América Latina puede posicionarse, conectarse y abrir nuevos mercados con China con base en las nuevas disposiciones chinas para el 1 de diciembre de 2025, que todos los países en vías de desarrollo tendrán aranceles cero con China.
De esta manera, frente a la intimidación hegemónica de EEUU, China responde en la confianza de que “la economía china es un océano, no un pequeño estanque”, a juicio del presidente Xi Jinping.
La autora es docente titular de la UMSA e internacionalista
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