Un imperio timorato
Quizá el culpable sea Donald Trump, pero Estados Unidos comete errores infantiles frente a la narcodictadura de Venezuela y permite que siga siendo presidente Nicolás Maduro.
Ojalá este no sea el comienzo de otra dictadura caribeña destinada a durar más de sesenta años, como la de Cuba, a 90 millas de Miami.
En 1961, el "imperio" envió unos mercenarios para que derrocaran a Fidel Castro, pero olvidó darles balas para los fusiles que llevaban.
Los mercenarios se rindieron y el "imperio" debió pagar 30 millones de dólares para repatriar a los 1.100 sobrevivientes.
Y desde entonces, gracias a ese descuido del "imperio", la dictadura comunista quedó consolidada, a tal punto que al año siguiente se instalaron en sus costas misiles soviéticos de largo alcance.
Castro se murió de viejo en 2016, a los 90 años de edad, y habiendo gobernado su país durante sesenta años. Dejó unos ahorritos que suman 900 millones de dólares, según Forbes.
Dejó una dictadura que nadie entiende cómo sobrevive, aunque desde La Habana se repite que sufre el "bloqueo" de Estados Unidos, un bloqueo tan raro que solamente en el mes de julio pasado las importaciones de alimentos desde el "imperio" sumaron 35 millones de dólares, casi todos de carne de pollo.
Es que el régimen no autoriza que nadie crie pollos, ni permite que los habitantes se dediquen a la pesca, a pesar de que viven en una isla.
Según la CIA, en Estados Unidos existen 25.000 bandas de narcotraficantes, que tienen más de 700.000 agentes en todo ese país.
Si el Estado boliviano ha sido penetrado por los narcos, y gobernado por uno de ellos, quizá haya que sospechar que el "imperio" es tan timorato con Cuba y Venezuela porque esos dos países son decisivos para las 25.000 bandas, que tienen contactos muy estrechos en Washington.
Y eso obliga a Trump a decir que los ocho destructores que rondan el Caribe han dado un golpe "letal" a un barco venezolano que llevaba once pasajeros y toneladas de droga, aunque los videos difundidos por el propio imperio mostraron que eran solo dos pasajeros y no había espacio para la droga.
Quizá sea tan fuerte la presión de las bandas de narcos que obligan al presidente del imperio a hacer estos papelones.
Mientras tanto, Vladímir Putin avanza sobre Ucrania, ataca Polonia y está a punto de lanzarse sobre la Unión Europea.
Es que el imperio ruso, aunque tenga una economía solamente igual a la de Portugal, y cobije mafias más poderosas que las bandas de narcos de Estados Unidos, sabe cómo actuar en su área de influencia.
El autor es periodista
Columnas de HUMBERTO VACAFLOR GANAM