Animación. El origen de la papa, el maíz y la yuca, ahora en dibujos animados
Cuenta la leyenda que un tinku (enfrentamiento, en quechua) entre los pueblos Charcas y Chayanta dio origen a un importante alimento del día a día. El amor entre Sara Chojllu, de los Charcas, y Huayru, de los Chayanta, era sólo una pequeña cura en medio del conflicto entre ambas comunidades. Una nueva disputa, como cada año, entre las distintas etnias rompió con la tranquilidad de la pareja. Sara acompañó a Huayru en el combate, donde piedras y flechas atravesaban el cielo.
El padre de la joven, el mejor arquero de su gente, disparó una flecha que impactó en el pecho de su hija, causándole la muerte instantánea. Poco tiempo después de ser enterrada, gracias a las lágrimas de ambos lados y la tierra de sus ancestros, empezó a brotar una planta del pecho de Sara, “verde y fresca”, según cuentan, en forma de flecha. Ésta, al ver la luz del sol, produjo un fruto sonriente con dientes dulces, en memoria de la Mama Sara o, en quechua, la primogénita del maíz.
La papa, la yuca y el maíz son alimentos que forman parte de la dieta regular de América. En mayor o menor medida se pueden encontrar desde el Océano Ártico, en el norte, hasta las islas Diego Ramírez (Chile), en el sur. Pero ¿cuáles son sus orígenes? ¿Cómo se convirtieron en la fuente de alimentación que llega de la tierra a la mesa de más de mil millones de habitantes en el continente? Por supuesto que existen explicaciones científicas, pero también las leyendas como la anterior, que cuenta el origen de este cereal.
El Museo Nacional de Etnografía de Bolivia (Musef) recupera la tradición oral de los pueblos indígenas originarios sobre la creación y el inicio de estos alimentos, además de otros mitos, y los presenta a través de cortometrajes animados.
Los cortos forman parte de la exposición Uyway Uywaña: Crianza mutua para la vida, una muestra que se inauguró el 22 de agosto y estará disponible hasta junio de 2023. El precio de la entrada es de 5 bolivianos para visitantes nacionales (menos de un dólar) y 20 para extranjeros (casi 3 dólares).
La idea para los cortos animados está relacionada al proyecto “Musef, más cerca de ti”, una versión portátil del museo para acercar a estudiantes de primaria y secundaria de áreas rurales y periurbanas.
El objetivo de estas producciones, disponibles en línea a través del canal oficial del museo en YouTube, es acceder a este tipo de población a través de un lenguaje “más sencillo, pero a la vez más llamativo”. “Los cortometrajes animados se convirtieron en el mejor formato para difundir las culturas a través de la construcción mítica que se va generando en distintos espacios en nuestro país”, explicó Elvira Espejo, directora del Musef.
“La leyenda del maíz”, “La leyenda de la papa”, “La leyenda de la yuca” y “Leyenda Weenhayek del origen del fuego y los vegetales” son las producciones que forman parte de la colección realizada por el Musef, que el pasado año respondieron a la temática de la “crianza mutua y la alimentación”. La primera serie de animaciones que se hicieron en 2021 estuvieron vinculadas a los lenguajes y poéticas, mientras que las de este año estarán relacionadas a la música y sonoridades.
Cada historia, como “La leyenda del maíz” —basada en las investigaciones de Vicente Terán Erquicia—, recupera el trabajo de investigadores y etnógrafos desde comienzos del siglo XX, o incluso antes, que narran estos mitos en sus registros acorde a la memoria oral que se pudo encontrar en diferentes contextos. Si bien las narraciones de origen pueden ser diferentes según cada cultura, la intención del Musef fue focalizar la labor en grupos lingüísticos mayores para que se puedan sentir representados, por ejemplo, la yuca con los guaraníes, el maíz con los quechuas en el sur del continente y el mito de la papa con los aymaras.