Astronomía. James Webb, el telescopio que estudia los secretos del universo
El James Webb es un telescopio espacial que opera en el espectro visible de luz, en el infrarrojo cercano y en el infrarrojo medio. Tiene un espejo de 6,6 metros de diámetro, formado por 18 segmentos hexagonales. Este telescopio está optimizado como observatorio astronómico en el infrarrojo.
Puesto que la atmósfera terrestre absorbe la radiación infrarroja, para observarla es necesario y más eficaz construir telescopios como el James Webb, que pueda observar en el infrarrojo sin interferencias.
¿Que tiene de especial?
Es el telescopio más grande y preciso enviado al espacio. Por una parte, se ha diseñado para ser capaz de observar objetos astronómicos como jamás se han observado, o con un grado de precisión sin precedentes. Es capaz de inferir cómo se formaron las primeras galaxias, el nacimiento de estrellas y la atmósfera de exoplanetas para saber si las condiciones para la vida son posibles o no.
Por otro lado, lo que también hace especial a este telescopio es que, por sus dimensiones, para enviarse al espacio debía poder plegarse en el cabezal de un cohete. Una vez en el espacio, plegado, tenía que ser capaz de abrirse automáticamente solo, mientras viajaba a su lugar de operación, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Entre los retos de su desarrollo tecnológico, tenía que ser capaz de mantenerse aislado del calor y la luz, y de enfriarse de forma pasiva, o sin requerir energía.
¿Qué tipo de telescopio es?
Es un telescopio que opera en el infrarrojo, o un observatorio de astronomía infrarroja, por debajo de la luz visible. Es capaz de interceptar una luz que no es visible por el ojo humano, pero que si se detecta con los instrumentos adecuados, como lo hace el James Webb, puede ayudar a estudiar objetos astronómicos fríos como planetas jóvenes.
También es una radiación capaz de atravesar el polvo estelar, algo que no es capaz de hacer la luz visible. Esta particularidad permite estudiar objetos como estrellas enanas marrones y protoestrellas, que nacen o pueden estar rodeadas de polvo estelar que dificulta su observación.
Por otro lado, la luz infrarroja que intercepta Webb puede ser el eco de la formación de las primeras galaxias, en forma de luz estirada por la expansión del universo, que tiende al rojo. De ahí que en ocasiones se conozca a Webb como el telescopio que puede viajar al pasado.
¿Cómo se mueve el telescopio Webb?
James Webb se mueve en línea con la Tierra, alrededor del Sol, pero no está quieto. Da una vuelta a nuestra estrella una vez al año, y una vuelta elíptica cada cinco meses, siempre manteniendo su espejo y módulo de instrumentos aislados de la luz solar y el calor gracias a su parasol de kaptón.
El punto en el que está es un punto de equilibrio gravitatorio, el punto de Lagrange 2, a 1,5 millones de kilómetros de nuestro planeta, donde requiere muy poca energía extra para moverse. Este ahorro energético le permite emplear la energía que capta con sus paneles solares para aplicar los comandos que se le envían desde la Tierra y enviar los datos de lo que observa a nuestro planeta.
¿Cuánto tarda en operar?
Desde la Tierra el envío de comandos para configurar un modo de observación u otro con los instrumentos científicos puede tardar 30 minutos en recorrer los 1,5 millones de kilómetros entre el Webb y las antenas de radio que emiten y reciben los datos, según ha informado a La Vanguardia Javier Álvarez, astrofísico del Centro de Astrobiología del Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial del CSIC CAB-INTA-CSIC.