Anahí, la joven cochabambina que desarrolla robots con material reciclado
Con tan solo 15 años, Anahí Santos Ramos ya desarrolló más de 10 robots -todos con material reciclado- y ahora está interesada en fabricar un buggy eléctrico que planea terminarlo para fin de año.
La joven cochabambina considera que es importante tomar acciones para cuidar el medio ambiente y para disminuir la contaminación. Por ello, recicla partes de autos, impresoras y otros materiales en desuso para construir sus prototipos.
Ya dice el refrán: “La basura de uno puede ser el tesoro de otro”. Anahí va buscando en talleres o recogiendo de la calle todo tipo de material que le servirá para poner a prueba su imaginación.
Confiesa que desde niña le interesaban más los autos que las muñecas, aunque recuerda que para armar su primer robot -a sus 10 años- tomó la muñeca de su hermana para quitarle un motor. “Quería hacer una mosca que vuele, pero me salió un robot masajeador”, cuenta la joven que explica que se sintió motivada a hacer robots por su hermana Leslie, quien también los crea y tiene una fábrica de robótica, y su tío Teodoro -quien hacía robots estáticos en venesta-.
A sus 11 años, con su segundo robot Pinguin, un minisumo de batalla, ganó el tercer lugar en una competencia en la Universidad de El Alto (Upea), en La Paz.
“No guardo los robots que construyo porque los voy desmantelando para hacer uno mejor, sacando las partes porque las necesito”, explica la joven talentosa que a su corta edad también es profesora de robótica en el trópico de Cochabamba y muy buena futbolista.
Marcial, papá de Anahí y Leslie, explica que los de la comunidad al enterarse que sus hijas sabían mucho de robótica le pidieron que den clases a los niños y jóvenes para que aprendan y para incentivarlos.
Así, el 2017 Anahí no participó de la Olimpiada Científica Estudiantil Plurinacional Boliviana (OCEPB) para que sus estudiantes lo hagan. Dos de ellos ganaron medalla de oro en la etapa departamental y mención de honor en la nacional.
El 2019, ante la problemática de los incendios en la Chiquitanía, Anahí construyó a Niki Junior, un robot bombero y obtuvo la medalla de plata en la etapa departamental en la OCEPB de ese año.
“Pienso desarrollar este robot de manera industrial para que nos sirva”, dice la experta.
Para desarrollar sus prototipos Anahí aplica conocimientos en diseño, programación, electrónica, robótica, materiales, mecánica y más. Además, a pesar de su corta edad, ella utiliza herramientas como amoladoras, prensa, torno, soldadora y otros.
“Tengo mucha precaución con las máquinas”, explica.
“Me siento orgullosa de mí porque aprendí a hacer muchas cosas. Me gusta la construcción, más que la programación, que es el fuerte de mi hermana y nos complementamos”, reconoce.
Comenta que es muy importante tener ganas y voluntad para hacer las cosas. Además, de ser perseverante. Explica que cuando algo no le sale, revisa todo el robot y si aún falla, le pregunta a su hermana y ambas revisan el robot y buscan material o consejos en internet.
Leslie dice que Anahí es muy creativa, “hace de todo no sólo robots, incluso crea sus propias manillas, mochilas y más”.
Desde hace dos años Leslie creó “Industria de Automatización Robótica Santos” (IARS) con el objetivo de incentivar a la robótica a jóvenes de bajos recursos.
Anahí más adelante quiere tener su empresa de autos eléctricos.
SEPA MÁS
Características
Niky Junior puede detectar el fuego, la temperatura, la humedad y el gas. Cuando detecta el fuego lanza agua.
Es telecontrolado por Bluetooth. Anahí explica que piensa mejorarlo para fabricarlo de forma industrial.